«Las familias están recuperando los platos de cuchara por la crisis»

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN

SOCIEDAD

07 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La falta de dinero en numerosas familias es el motivo de la sorprendente recuperación de los platos de cuchara, explica el coruñés Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de la Nutrición. No obstante, el experto, que participó esta semana en el Congreso de la Sociedad Española de Nutrición, celebrado en Zaragoza, alerta también sobre el abuso de alimentos muy energéticos, grasos y baratos, con el riesgo de que rebrote la malnutrición.

-¿Qué efectos está teniendo la crisis en nuestra alimentación?

-Fundamentalmente dos. Uno negativo: la falta de dinero hace que las familias busquen alimentos muy energéticos, con más grasa y azúcar. O sea, alta densidad calórica a bajo coste. Y otro positivo: que por esa misma crisis, las familias están recuperando lo que toda la vida se llamaron platos de cuchara, con alimentos básicos.

-¿Qué alimentos, en concreto?

-Legumbres, patatas, pan... Su consumo se había perdido de forma espectacular y ahora se están recuperando en potes, potajes y demás alternativas, y eso es magnífico desde el punto de vista económico y de la dieta: alimentos de buen perfil nutricional a buen precio. Lo vemos incluso en los menús de los restaurantes, en los que se recobra el gusto por estos platos.

-¿Se puede cifrar el aumento?

-Hay una mejoría de un 10 a un 15 % en el aporte de legumbres, que desgraciadamente hay que importar en muchos casos, porque no se consumían y se dejaron de producir. Estoy hablando de lentejas, alubias...

-¿El pan es una buena opción?

-Magnífica. Por desgracia, las familias consumen la mitad del pan que tomaban en los años sesenta, porque pasó a ser un alimento básico, poco fashion por así decirlo, y al mismo tiempo se generó una gran preocupación por el falso mito de que engorda.

-¿Y realmente no engorda?

-Todo depende de en qué lo mojas o de qué le metes dentro. Pero es un alimento fantástico, que incorpora hidratos de carbono complejos, almidones, fibra... Hay que comerlo y lo hemos abandonado, como abandonamos las patatas, aunque es verdad, también hay que decirlo, que no siempre se ha hecho buen pan. Ahora que hay más diversidad llega este repunte.

-¿Y ese repunte se nota también entre los jóvenes?

-A la gente joven le sigue costando, porque es un producto que hay que comprar a diario y les da cierta pereza. Es la excusa de la falta de tiempo.

-Una falta de tiempo que repercute en nuestra alimentación.

-Nos escudamos en la falta de tiempo y es un problema real, pero podemos hacer una dieta rápida, excelente y barata con producto industrial. Por ejemplo, con legumbres de bote, que las hay de gran calidad; salsa de tomate envasada, que también es excelente, y un chorrito de aceite de oliva. Dieta mediterránea a buen precio.

-¿Qué problemas genera el consumo de productos calóricos de bajo coste?

-Malnutrición. Aún no hay datos de que esto se esté produciendo, pero la crisis es una señal de alerta sobre la malnutrición, un problema que estaba erradicado en España. Afectaría sobre todo a niños y mayores.

«Hay una mejoría de un 10 a un 15 % en el aporte de legumbres como lentejas o alubias»