La conductora cazada viniendo de Madrid con el coche hasta los topes: «No vine de vacaciones a Galicia, fue una mudanza forzada»

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA

SOCIEDAD

Guardia Civil

La mujer a la que paró la Guardia Civil en Begonte, con raíces gallegas, indica que se marchó de la capital madrileña porque se inundó su casa y ahí empezó una pesadilla difícil de resolver

05 abr 2020 . Actualizado a las 17:03 h.

La Guardia Civil interceptó el día 31 a una conductora en Begonte, en la autovía A-6, que iba a bordo de un turismo procedente de Madrid cuya carga ocupaba totalmente el interior del vehículo. Ayer, la imagen de ese coche cargado hasta los topes en pleno confinamiento dio la vuelta al mundo. La mujer, que fue denunciada por la Guardia Civil, quiso contar la historia que hay detrás de este viaje e indicar que no se desplazó de Madrid a Galicia para pasar aquí las vacaciones de Semana Santa: «No vine de vacaciones a Galicia, fue una mudanza forzada. Asumo que la carga no venía bien en el vehículo, lo asumo totalmente, pero no quiero que parezca que me salté el confinamiento para venirme de vacaciones, porque no se trata de eso», dijo. 

Según indicó esta mujer, que hasta ahora vivía en Madrid, todo se le empezó a torcer a principos de marzo. El inmueble en el que residía, tras algunos problemas anteriores de anegamiento, sufrió una inundación enorme y, con Madrid ya bajo la amenaza del coronavirus, todo se complicó de mala manera. Hizo trámites con peritos, con seguros y al final, según explica, se declaró que la vivienda era inhabitable.

 «Me parecía imposible encontrar otra casa tal y como estaba y está Madrid... En Madrid vas al Mercadona y te para tres veces la policía, que es lo lógico. No veía factible ponerme a buscar un alquiler y en la casa en la que estaba, por la humedad, hasta tuve bronquitis», dice. Así que, dado que anteriormente ya había estado buscando un hogar en Galicia para volver a vivir en una tierra en la que tiene familia y en la que además ya residió anteriormente, concertó un alquiler en la Costa da Morte para pasar aquí al menos todo el 2020, ya que tiene la opción del teletrabajo.

Asegura que en Madrid estuvo cumpliendo el confinamiento y que antes de echarse a la carretera contactó tanto la policía como con su letrada. «Mi abogada me dijo que llevase todos los documentos que acreditan que mi casa es inhabitable y que, por tanto, me obligaban a hacer una mudanza forzada. El problema es que no los pude imprimir, los tenía en el móvil y en mi tablet, tal y como le indiqué a la Guardia Civil. Pero el agente me dijo que no tocaba mi móvil porque él no llevaba guantes», afirma.

 Señala también que fue consciente de que no venía con la carga colocada adecuadamente, pero que no vio otra opción: «He hecho muchas mudanzas en mi vida y asumo que así no se deben hacer. Pero me vi imposibilitada para hacer otra cosa en Madrid. A Correos no podía ir con las cajas, llamé a empresas de transportes y me decían que no podían realizar este trabajo ahora... no vi otra alternativa tal y como están las cosas en Madrid».

Asegura  también que las opciones que le dieron cuando la pararon eran todas difíciles de asumir. Así, explica que una de ellas era tirar parte de la carga para poder continuar la marcha. Pero que ni se le pasó por la cabeza desprenderse de sus enseres. Tampoco podía contactar con un familiar porque dada la situación de cuarentena «nadie podía arriesgarse a salir a la carretera». Finalmente, llamó a un taxista de la Costa da Morte, al que está agradecida porque le hizo una rebaja, y fue este conductor el que trasladó parte de la carga en su automóvil. Ella abonó por el servicio 170 euros y condujo con su vehículo hasta su destino. 

Desde entonces, desde el día 31, está confinada en la vivienda que alquiló para lo que queda de año. Indica que hizo una compra previa para contar con víveres y que su pretensión es pasarse al menos quince días aislada. Desconoce la sanción a la que se expone porque todavía no se la notificaron.