El espacio exterior, coto vedado a los humanos

cristina l. éboli MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

El «Curiosity» es el robot más avanzado enviado hasta ahora al espacio
El «Curiosity» es el robot más avanzado enviado hasta ahora al espacio

¿Serán los robots los únicos protagonistas de la exploración espacial?

20 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Serán los robots los únicos protagonistas de la exploración espacial? Aunque sin respuesta en el futuro, en lo que respecta al presente esta pregunta no alberga dudas. Simplemente, para un ser vivo hubiese sido imposible vivir ocho años en Marte como lo ha hecho hasta el momento el rover Opportunity. La fragilidad del cuerpo humano es la gran barrera para que algún día el hombre pueda visitar astros más lejanos que la Luna.

Las ventajas de los robots son, a día de hoy, aplastantes. Lo reconoce la NASA con un argumento tan elemental como que las máquinas tienen menos necesidades y pueden resistir condiciones inhóspitas. Las personas, en cambio, necesitan agua, alimento y oxígeno. A esto se deben sumar los efectos de la microgravedad y la radiación en el organismo, que en períodos prolongados terminan por atrofiarlo. Y, por último, los años que llevaría un viaje a largas distancias. Estos factores hacen del espacio exterior un coto vedado para los seres vivos. Al margen de las limitaciones existe un componente moral. En el espacio se han perdido decenas de máquinas sin que ello haya causado el impacto de las muertes del Challenger o el Columbia.

«Robonauta»

A pesar de todo, los especialistas se resisten a dejar la exploración espacial en exclusiva a la inteligencia artificial. Y es precisamente la inteligencia la que hace imprescindible al ser humano, cuya capacidad de reacción, improvisación y análisis no puede igualar ningún robot que se haya diseñado hasta el momento. Unos y otros deberán viajar de la mano a aquellos lugares que, según lo vaya permitiendo la tecnología, puedan ir llegando los seres vivos. El astronauta de la NASA Ken Bowersox lo deja claro: «Hay veces que la combinación de humanos y máquinas puede obtener los mejores resultados».

Uno de los proyectos para mejorar la simbiosis entre máquina y hombre es el denominado robonauta. Este ingenio en el que trabaja la NASA tiene como novedad su diseño humanoide, con una cabeza, dos ojos, brazos y manos de cinco dedos. Podrá ser controlado directamente por el astronauta, que, a salvo en una ambiente no hostil, dirija sus movimientos mediante un casco y unos guantes conectados con el robot. El modelo actual, conocido como R2 (de pruebas en la estación espacial internacional) puede levantar con sus brazos hasta nueve kilos. Y saldrá al espacio exterior.