Martiño Rivas y sus amigos «modernos», en la última y polémica campaña de Loewe

Redacción LA VOZ

SOCIEDAD

El vídeo promocional de la colección de bolsos Oro de la firma de lujo, protagonizado por un grupo de jóvenes que pretenden representar la moda y la juventud española, ha generado todo tipo de críticas en las redes sociales

15 mar 2012 . Actualizado a las 11:19 h.

Loewe ha lanzado, para promocionar su clásica colección de bolsos Oro, que nació en 1975, una serie de vídeos que en un abrir y cerrar de ojos ya han recorrido toda la Red, generando una avalancha de críticas y colocando la firma de lujo en el primer puesto de los trending topics de Twitter. Los spots están protagonizados por una pandilla de niños pijos con piel de modernos, que se muestran como reflejo de la moda y la juventud españolas y que no han dejado indiferente a nadie.

El grupo en cuestión se nutre de modelos, diseñadores, fotógrafos y fashionistas, entre los que se encuentran el gallego Martiño Rivas -que vimos crecer en Mareas vivas y después en El Internado y que ahora reaparece como un dandi moderno desvelando sus secretos para ligar-, la hija de Verónica Forqué (María Forqué) y la de Ouka Lele (María Rosenfeldt).

A medida que avanza el anuncio van contándole a la cámara, como si fuesen secretos, una sucesión de perlas, cada cual mejor que la anterior, sobre Loewe, sus recuerdos de la marca y qué les inspira, sobre España y sobre el amor, lecciones de «filosofía de vida» combinadas con poses perfectas y escenas románticas. Siguiendo el manual del perfecto niño con pasta que se disfraza de moderno para intentar disimular su acento pijo al final de las frases, no faltan en el anuncio ni la clásica bicicleta azul pastel, ni iPhones con fundas multicolores, ni maxigafas de sol, ni labios rojos, ni pantalones remangados, ni paseos en barca. Son los rostros del Loewe más joven, la herencia más actual de la firma que ha tomado la decisión de dejar a un lado en esta campaña su característica elegancia para cambiarla por una nueva categoría de «pijos», estéticamente muy vanguardistas -casi disfrazados, dirían algunos-, pero en el fondo los mismos niños de papá de siempre que se delatan nada más abrir la boca.

Porque todo el aluvión de parodias y burlas que ha ido creciendo alrededor de la campaña Loewe Oro se centra, sobre todo, en las frases que se van encadenando a lo largo del anuncio -al parecer, los temas que preocupan a la generación de jóvenes españoles, que, como los de la pantalla, dudosamente contarán con mil euros para cada bolso que se compren- y que tienen toda la pinta de convertirse en las típicas «frases-chiste» del momento. Por ejemplo (y solo son algunas): «Estar enamorada es algo superguay, es como que todo te da vueltas, son como mariposas», «Es un rollo eso de hacerse mayor», «Arriba la pestaña» o «Mi truco infalible para ligar es pretender que no quiero ligar», esta última por Martín Rivas.

Según Loewe, lo que más les gusta de España a los chicos de hoy en día es un buen gazpacho, las mujeres españolas y la tortilla de patatas; la marca les evoca clase, estilo, sus primeros recuerdos, cuero y amor; les preocupan sus armas de conquista, estar enamorados, los besos y el paso del tiempo. Y todo eso en una situación de crisis como la actual, poniendo los pelos de punta a la gran mayoría de los usuarios de las redes sociales, que han llevado hasta el extremo, más si cabe, el guion del anuncio, desatando su ironía y poniendo a funcionar su ingenio bajo las etiquetas #Loewe y #Acampadaloewe en Twitter.

Del anuncio principal se desprenden pequeñas piezas individuales en las que los protagonistas siguen dando rienda suelta a sus divagaciones sobre la vida, el arte, el cine y sus aspiraciones futuras. Rivas confiesa que le gustaría llegar a representar Macbeth algún día y que en verano se refresca con helados Drácula y Calipo, la ilustradora Lorena Prain cuenta que es «supersupersupersticiosa» y «ultraultrafan» de Amy Winehouse y que le gustaría hacer un cuadro para el rey y María Forqué reconoce que se pone tacón para sentirse superior.

Nada de cola del paro, de mileurismo ni de reformas laborales. Loewe prefiere la cara más alegre de la vida. Al final, la firma de lujo, para bien o para mal, ha conseguido lo que quería: dar mucho que hablar.