«Estamos en condiciones de diseñar un satélite de 250 kilos»

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Dice que en Inglaterra nació industria aeroespacial de un proyecto similar

15 feb 2012 . Actualizado a las 11:30 h.

Profesor de la Escuela Técnica Superior de Telecomunicaciones de la Universidade de Vigo, Óscar Rubiños es uno de los integrantes del equipo que ha hecho realidad el primer satélite gallego.

-¿Es normal localizar tan rápido la señal del satélite como ha sucedido con el «XaTcobeo»?

-Nos dábamos un margen de dos semanas para captarla, pero ocurrió lo óptimo. Más o menos una hora después de la salida ya se había recibido la señal en Florida, que fue la primera estación terrena en captarla. El satélite da vueltas alrededor de la Tierra y justo cuando pasa a la altura de Vigo, si no tiene ningún obstáculo, se recibe. Eso fue lo que ocurrió anteayer. En la primera pasada ya llegó la señal, en torno a las 16.30 horas, y sobre las 19.00 hizo otra pasada. La temperatura era de 34 grados y la carga de la batería, de ocho voltios, lo que indicaba que todo iba bien.

-¿Influye la meteorología?

-Sí, porque si las condiciones son malas, la señal queda atenuada y a lo mejor no llega.

-¿Quién traduce esas señales?

-Para nosotros el procesado de las señales es como si fuera secundario porque somos tecnólogos. Las enviaremos a la Agencia para que procese y evalúe.

-Han explicado los objetivos del XaTcobeo, pero ¿tienen alguna aplicación en la vida cotidiana?

-En principio no. Las aplicaciones son para el campo de los picosatélites (aquellos que pesan entre cien gramos y un kilo). Hay que tener en cuenta que el objetivo principal es formativo. Los estudiantes han sido capaces de montar un satélite con los estándares y protocolos de la industria aeroespacial y han adquirido unos conocimientos muy superiores a los de otras universidades con mucha más tradición en este campo. Es la primera vez que esos protocolos se han aplicado en la construcción de un picosatélite.

-Se diría que el experimento es secundario.

-En cierta medida sí, porque lo más importante es la parte formativa.

-¿Es exagerado afirmar eso de que será el germen de una industria aeroespacial gallega, como dice el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial?

-Puede ser el germen si encuentra el campo abonado para que germine. Lo que es un hecho es que hay profesionales formados y que el conocimiento está aquí. En Inglaterra se dio un caso parecido en Surrey, donde han montado una industria aeroespacial muy potente que empezó con algo similar a lo de Vigo, con proyectos educativos que fueron germinando.

-Entonces sí tiene sentido.

-Por supuesto. Por ejemplo, hay un proyecto de la Agencia Espacial Europea con el sello de las Naciones Unidas en el que se está empezando a trabajar para lanzar una constelación de nueve picosatélites con fines humanitarios. Cada uno de ellos será creado por una universidad, entre ellas, Vigo, que sería la coordinadora. Esto podría permitir conocer detalles como si el agua de un lago de Senegal es potable cada día. Quiero decir que se dan todos los ingredientes para que la experiencia no se quede en el primer satélite gallego, sino que tenga una continuidad.

-¿Sería posible desarrollar ya un satélite de mayor tamaño?

-A día de hoy, una vez hecho este picosatélite, en Vigo estamos en condiciones de diseñar un satélite de hasta 250 kilos.

-¿«XaTcobeo» caerá dentro de tres meses a la Tierra?

-Aunque su vida útil es de tres meses, puede ser que siga en el espacio más tiempo, como uno japonés, que lleva años. Al ser tan pequeño se desintegrará.

óscar rubiños profesor de telecomunicaciones de Vigo que participó en el XaTcobeo