Francia, obligada a ampliar sus nucleares

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Un informe revela que es más barato alargar la vida útil de los reactores

03 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Cuánto cuesta la electricidad de origen nuclear en Francia? La respuesta la ha facilitado esta semana el Tribunal de Cuentas del país en un informe detallado de 400 páginas que analiza los costes ligados a la producción de electricidad nuclear, incluido el desmantelamiento y la gestión de los residuos, y que fue encargado por el presidente Nicolas Sarkozy: el sector nuclear galo ha supuesto desde su inicio una inversión de 228.000 millones de euros y los costes aumentarán a un ritmo de 3.700 millones por año de aquí al 2025.

Pero ¿es mucho o poco si se tiene en cuenta que los 58 reactores en funcionamiento aportan el 77,7% de la electricidad del país? Para el ministro de Energía, Éric Besson, en declaraciones a Le Figaro, el informe revela que «la energía nuclear sigue siendo barata», mientras que para la portavoz a presidencia del partido ecologista Les Verts, Eva Joly, el trabajo demuestra que «tras el mito de la independencia energética y el de la energía segura está el mito de la energía cara que se hunde».

Al margen de polémicas, el Tribunal de Cuentas incide en un aspecto decisivo: el envejecimiento del parque nuclear francés, con una vida media de 26 años, de tal modo que, a finales del 2022, 22 de sus 58 reactores tendrán más de 40 años. Y aquí es donde se plantea otro debate: ¿es necesario construir nuevos reactores o ampliar la vida útil de los existentes? Aquí la respuesta también es clara para el organismo fiscalizador: Francia, azotada por el endeudamiento, no tiene ahora capacidad financiera para afrontar la construcción de once plantas de nueva generación que serían necesarias a medida que cierren las antiguas. La solución pasa, entonces, por seguir el modelo americano y extender la vida de los reactores a 60 años con una modernización de las instalaciones que también resultará cara, pero menos. «Francia está obligada a prolongar la vida de su parque nuclear más allá de los 40 años y, al mismo tiempo, debe intentar hacer evolucionar el modelo energético nacional, lo que supone inversiones complementarias», explica el presidente del Tribunal de Cuentas, Didier Migaud.

El debate se ha planteado en Francia, pero en España, cuyas centrales aún están más envejecidas, con una vida útil de 28,5 años, aún no han hecho cuentas.

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