España enseña a pescar en 6 países devastados por el tsunami del 2004
29 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.Aquel brutal terremoto que en el 2004 movió incluso el eje de la Tierra y castigó con tsunamis al sudeste asiático está teniendo réplicas todavía, aunque ahora llegan en forma de solidaridad. Biólogos españoles, encabezados por José Parajuá, que fue gerente del Clúster de Empresas Pesqueras en Terceros Países -una agrupación en la que la flota gallega tiene un peso importante-, desarrollan en las zonas barridas por la catástrofe un proyecto de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) para fortalecer las comunidades de pesca artesanales en seis países del sur y sureste asiático. En definitiva, un trabajo que tiene como objetivo enseñar a pescar a siete millones de personas, las que viven directamente de la extracción y comercialización de productos pesqueros en Camboya, Indonesia, Filipinas, Sri Lanka, Timor Este y Vietnam.
El programa de la FAO funciona íntegramente con fondos españoles. Con casi 20.000 millones de dólares, los que proporcionó la Agencia Europea de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) después de que la reina Sofía, impresionada por el pavoroso paisaje de un Banda Aceh recién barrido por la descomunal marea, moviese hilos para que España colaborase más activamente con la región. Y desde finales del 2009, esa ayuda está en marcha, con la pesca como pretexto. El jefe de ese proyecto, José Ignacio Parajuá, se afana en una iniciativa que busca enseñar a la gente a desarrollar una pesca responsable, pero también a emplear hielo para conservar sus capturas, arreglar los motores de sus embarcaciones o mejorar la seguridad a bordo de los botes.
La seguridad es más que básica, pues mujeres y niños corren el riesgo de caer en la pobreza más absoluta ante la pérdida del cabeza de familia por falta de seguros y asistencia social. Así, desde el programa se ha desarrollado un registro de accidentes para determinar las principales causas de los siniestros y atajar los riesgos; se han desarrollado sistemas de alerta temprana sobre inclemencias meteorológicas y se ha distribuido material que aumenta la seguridad, como teléfonos, radios, GPS, chalecos...