César Llana descarta que los lagares localizados en diferentes puntos del sur de Galicia pudieran estar destinados a la elaboración de aceite, debido a la ausencia del resalte central que aparece en todas las instalaciones rupestres utilizadas para el prensado de la aceituna. De la misma opinión es el profesor de la Universidade de Santiago Antonio Rodríguez Colmenero, autor del estudio Vino y aceite en el noroeste hispánico en la época romana, presentado en el año 2005 en un congreso internacional en Croacia.
Rodríguez Colmenero aludía en este trabajo a la existencia de lagares rupestres para la elaboración de vino «en castros y villae, todavía sin explorar, de las cuencas del Búbal, Támega y Duero, en el sector centromeridional de la Gallaecia romana, caso de Medeiros, Verín o Cambedo, con numerosos ejemplares en el Castelo de Vambas, y otros muchos vestigios en las comarcas portuguesas de Vila Real, Amarante y Murça». Todo indica, a su juicio, que muchas de estas instalaciones rupestres son «de origen indudablemente romano», si bien precisa que solo los análisis polínicos y la investigación de yacimientos castreños y romanos podría avalar definitivamente esta tesis.
Culto a Dionisio
La zona de Galicia en la que han aparecido la mayoría de los lagares rupestres coincide, en todo caso, con lugares donde se produjeron hallazgos arqueológicos relacionados con el culto a Dionisio, dios del vino griego asimilado posteriormente por la mitología romana. Rodríguez Colmenero destaca, en este sentido, la escultura de mármol del siglo III d.?C. que representa a Dionisio y el sátiro Ampelos, que fue descubierta en el castro da Muradella (Verín) y se conserva en el Museo Arqueológico Provincial de Ourense.