Trece empresas españolas toman parte en Galileo

alejandro posilio MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Hoy se lanzan los dos primeros satélites de este proyecto espacial europeo que creará la alternativa al GPS

20 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A las 12.34 de hoy, hora peninsular española, serán lanzados desde el puerto espacial europeo en Kourou (Guayana francesa) los dos primeros satélites del sistema de navegación Galileo, la alternativa al GPS americano, único operativo actualmente a nivel mundial.

España participa con un 9 % -quinto país en contribución- en la fase inicial de este importante proyecto espacial europeo, lo que se traduce en que trece empresas de este sector han logrado aproximadamente 113 millones de euros en contratos. Compañías como EADS, Iberespacio, Rymsa, Sener, GMV, Indra e Hispasat han contribuido de distinta manera, tanto en el segmento de vuelo como en el de terreno, a la puesta en marcha de la primera infraestructura espacial completamente europea, que está previsto que produzca unos beneficios de 90.000 millones de euros en los próximos 20 años. Entre el 6 y 7 % del PIB europeo se basa en negocios que utilizan la navegación por satélite, porcentaje que se espera aumente en los próximos años.

Esta primera fase ha costado 2.960 millones de euros, desde que comenzaron los trabajos en el 2000, de los que la UE ha pagado dos terceras partes, y la Agencia Espacial Europea el resto. La segunda fase saldrá por otros 2.400 millones, aportados íntegramente por el presupuesto europeo. El mantenimiento de la red costara mil millones anuales.

A mediados del 2012 se lanzarán otros dos satélites más, y así hasta que estén en órbita 30 en el 2020, tres de ellos de reserva. Galileo podrá ofrecer sus propios servicios en el 2015, pero será útil para el usuario un año antes, gracias a su combinación con el estadounidense GPS.

En principio, solo los navegadores y aparatos más modernos que usan actualmente el GPS podrán aprovechar las mejoras que supondrá Galileo, para lo que habrá que adaptar los receptores (teléfonos, automóviles, relojes...). Pero la Comisión Europea asegura que se trata de unos cambios mínimos que la industria ha confirmado su interés en implantar.