La nueva pirámide de la dieta mediterránea incluye el ejercicio y la comida en familia

EFE

SOCIEDAD

La nueva pirámide permite un mayor consumo de las carnes rojas y blancas, dos raciones a la semana en vez de una, como contemplaba la anterior.

14 oct 2011 . Actualizado a las 09:40 h.

La pirámide de la dieta mediterránea se ha puesto al día para adaptarse al estilo de vida actual y ha incorporado a la base de su nuevo esquema recomendaciones de orden social y cultural como la comida en familia, el consumo de productos locales, la actividad física diaria y un descanso adecuado.

Estas son algunos aspectos fundamentales de la nueva pirámide de esta dieta que hace un año fue reconocida como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, un aniversario que ha celebrado hoy la ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, quien ha considerado necesario seguir fomentándola para que la conozca «más y mejor» toda la ciudadanía.

De esta forma, según la ministra, todos los ciudadanos se podrán beneficiar de sus cualidades, que se recuerdan en un vídeo promocional que lleva el lema «Es lo que comemos y cómo lo comemos» y con el que se quiere transmitir la idea de que la dieta mediterránea, «además de un modelo alimentario, es un estilo de vida, un modo de convivir y de relacionarnos».

«Un modelo de alimentación saludable, equilibrado y sostenible», ha continuado Aguilar, que cuenta con una nueva pirámide que hoy ha presentado el presidente de la Fundación Dieta Mediterránea, Luis Serra, quien ha explicado que en este nuevo esquema «no se habla solo de frecuencia de consumo de algunos alimentos, sino de los que deben incorporarse a cada comida, es decir de un mínimo de productos que deben estar en todas ellas».

Por ejemplo, las comidas principales del día no pueden prescindir de los cereales (una o dos raciones por comida en forma de pan, pasta o arroz, entre otros), verduras (dos en cada toma) y frutas (una o dos).

Además durante el día hay que beber entre 1,5 y 2 litros de agua, es bueno consumir en torno a dos raciones de productos lácteos, preferiblemente en forma de yogur y queso bajos en grasa, y aceite de oliva

El aceite, situado en el centro de la pirámide, tendría que ser nuestra principal fuente de grasa por su calidad nutricional: se debería utilizar cada día una cucharada para aderezar y cocinar.

Las especies, las hierbas, las cebollas y el ajo se incorporan al nuevo esquema porque son una buena estrategia para reducir el uso de la sal, al igual que las aceitunas, los frutos secos y las semillas, de las que también se deben consumir una o dos raciones cada día.

La nueva pirámide permite un mayor consumo de las carnes rojas y blancas, dos raciones a la semana en vez de una, como contemplaba la anterior, y además fija también una ración de carnes procesadas, como el embutido, en el mismo periodo de tiempo.

Se pueden tomar dos raciones también de pescado y marisco a la semana, otras tantas de legumbres y entre dos y cuatro de huevos.

En el vértice de la pirámide están los dulces, los alimentos ricos en azúcares simples y grasas no saludables.

El azúcar, los caramelos, los pasteles, la bollería, los zumos de fruta azucarados y los refrescos azucarados se deberían consumir en pequeñas cantidades y sólo de vez en cuando. La proporción ideal es de dos raciones a la semana.

Las patatas son uno de los productos «más perjudicados» en esta nueva guía de alimentación para la población, según Serra, ya que sólo permite tres raciones a la semana y si es posible que no sean fritas, ni precongeladas.

Todos estos alimentos tienen que ir acompañados de un consumo moderado de vino u otras bebidas fermentadas, que se sitúa en una copa al día para las mujeres y dos para los hombres.

Pero para obtener todos estos beneficios se debe realizar ejercicio físico (un mínimo de 30 minutos al día), se debe descansar adecuadamente y sentarse alrededor de la mesa en compañía de la familia y de las amistades, aspectos que están en la base de la pirámide, como el consumo de productos tradiciones y locales.

Los expertos en nutrición han comprobado que los pequeños que desayunan solos tienen unos hábitos alimenticios más negativos.