Un comité internacional propone fusionar universidades españolas

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El estudio, encargado por Educación, sugiere reducir el funcionariado

11 oct 2011 . Actualizado a las 11:33 h.

¿Se imaginan que los profesores y catedráticos de Universidad no sean funcionarios, sino contratados en función de sus méritos y valía?, ¿o que para el puesto de rector se convoque un concurso internacional de aspirantes en vez de ser elegidos por la comunidad educativa?, ¿o que las universidades fusionen departamentos y escuelas, o que incluso se unan entre ellas, para lograr una mayor eficacia y gestionar mejor los recursos? Sería un vuelco radical en el sistema universitario español, pero no hace falta que se lo imagine, porque las propuestas ya están en la mesa del ministro de Educación, Ángel Gabilondo. Son las sugerencias contenidas en el estudio Audacia para llegar lejos: universidades fuertes para la España del mañana, que el propio ministerio encargó a una comisión internacional de expertos encabezada por Rolf Tarrach, exvicepresidente del CSIC y rector de la Universidad de Luxemburgo.

«El gobierno -recoge el informe- debe actuar con valentía para adoptar medidas impopulares», porque «lo que se precisa, en pocas palabras, es un cambio radical» que permita a las instituciones académicas españolas situarse entre las mejores del mundo. Para ello, la premisa básica pasa por reducir el «actual entramado legal para permitir una mayor flexibilidad y libertad», lo que supone dar más poder y autonomía a las universidades.

Una de las propuestas para promover el llamado nuevo paisaje universitario son las «fusiones voluntarias». «En varios casos -concluye la investigación-, podría resultar conveniente llevar a cabo una fusión estratégica de varias universidades españolas o instituciones de investigación, preferiblemente, aunque no necesariamente, en el marco de la iniciativa Campus de Excelencia Internacional». Pone como ejemplo el seguido por la Universidad de Oviedo, que fusionó quince escuelas universitarias y facultades en seis grandes centros que aglutinan programas educativos similares.

Más polémica aún es la recomendación para promover convocatorias y contratación a nivel internacional de los profesores, lo que también implica contar con la suficiente autonomía y autoridad como para «incorporar a los mejores profesores e investigadores», aunque ello implique dejar a un lado el actual sistema funcionarial. Las universidades, según el informe, deberían tener «capacidad total para contratar directamente a todo el personal docente (en lugar de que se asignen funcionarios para los puestos) mediante contratos permanentes o indefinidos». En este sistema, los mejores serían premiados. Para incorporar a jóvenes brillantes también se propone un contrato de cuatro años, en el cual si superan una evaluación externa, tendrían plaza, pero si no se pierde el puesto.

De la reforma tampoco se salvan los rectores ni cargos directivos, que deberían ser elegidos mediante una convocatoria internacional. «Todos los cargos directos (profesores, decanos, rectores y administrativos de alto nivel) -dice el texto- deberían publicarse a nivel internacional, además de nacional, y los comités de selección deberían incluir miembros externos».