Julio Iglesias recuerda su origen gallego en un concierto

Juan Javier Ríos CÓRDOBA / EFE

SOCIEDAD

14 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En una noche de lluvia de estrellas y luna blanca que no se rompió, atendiendo a la petición que hace en una de sus canciones, el cantante Julio Iglesias entró en comunión con los sentimientos de más de ocho mil seguidores que vibraron en Lucena (Córdoba) con la voz melódica y las populares letras del eterno truhán. A punto de cumplir 68 años, Julio sigue siendo un galán, un coqueto empedernido y así lo demuestra cada minuto que consume en el escenario, a golpe de singularidad y destellos inimitables.

No podía decepcionar en su único concierto en Andalucía, no podía dejar con ganas de más a los seguidores venidos de toda España que permanecieron acampados a las afueras del estadio, y por ello ofreció lo mejor de su repertorio.

Prefirió un comienzo tranquilo con Quijote, símbolo de un concierto dedicado al amor, a la pausa, a la serenidad, a la contemplación en una noche de luna llena. Hizo continuos guiños a su público para recordar a sus padres, su mezcla de gallego y andaluz, agradecer la fidelidad de sus fans y bromear con su edad.

Todo ello le sirvió después como introducción para éxitos como Un canto a Galicia, Manuela, A media luz o La carretera.