La luna llena desafía a las Perseidas

Raquel Rodríguez

SOCIEDAD

Esta madrugada será la noche de las lágrimas de San Lorenzo.

30 ago 2011 . Actualizado a las 18:25 h.

Son las lágrimas más fugaces, y de las mejores lluvias para una noche de verano. Las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo, llegarán a su momento de máxima actividad en la madrugada del 12 al 13 de agosto, aunque según afirma Marcos Pérez Maldonado, director técnico del Planetario de A Coruña, «cualquier noche desde hoy hasta el domingo será buena para poder ver estrellas fugaces».

La luna llena del día 13 dificultará disfrutar en plenitud de uno de los espectáculos astronómicos más esperados de agosto, pero la luz del satélite no será impedimento para buscar en el cielo sus estelas fugaces. Según Maldonado, «la visibilidad dependerá de lo nutrida que esté la corriente de meteoros», es decir, cuanto más densa mejor, así como de «la cantidad de luz que haya». La contaminación lumínica y la luz de la luna dificultan la búsqueda de estrellas por lo que aconseja «alejarse de los centros urbanos y aprovechar los momentos en los que la luna no esté visible».

En condiciones ideales se pueden llegar a distinguir unas cien estrellas fugaces por hora, pero «en una jornada de actividad media es posible ver una cada cinco minutos», afirma Maldonado. Las noches cálidas y el cielo despejado ayudarán a detenerse para disfrutar de este espectáculo y descubrir el brillo de la luna, a la que habrá que dar la espalda para que su luz no eclipse la visión de las estrellas. Los curiosos y aficionados a la astronomía podrán distinguir los meteoros más brillantes mientras que los más débiles se intuirán con poca intensidad. Maldonado pone además el acento en la posibilidad de que aparezcan en el cielo bólidos, o meteoros más grandes cuya estela es menos efímera e incluso puede tener color.

La Casa de las Ciencias de A Coruña organiza hasta el próximo domingo una sesión en directo a las 18.00 horas dedicada a la lluvia de estrellas. Para llegar a Perseo, la constelación a la que deben su nombre las perseidas, la sesión comienza bajando las persianas de la tarde de agosto para adentrarse en una noche cualquiera de un lugar del norte. Una vez situados los puntos cardinales bajo la bóveda del planetario, el espectador verá a Vega, Arturo o Espica que serán la referencia para encontrar constelaciones, el carro de la osa mayor o la estrella polar. «¡Una borrachera de estrellas!», afirma un espectador en la sala.

El viaje termina no sin conocer el origen de las lágrimas de san Lorenzo. Aunque deben su nombre al calvario que sufrió el mártir al ser quemado en la hoguera en el siglo III, las perseidas son restos de la cola del cometa 109P/Swift-Tuttle que tarda unos 130 años en dar la vuelta alrededor del sol. Cada verano el planeta cruza su órbita y cuando las partículas que la forman entran en contacto con la atmósfera se vuelven incandescentes. Así, durante unos segundos simulan el brillo de una estrella.

A pesar de que hay lluvias de meteoros «técnicamente más interesantes a lo largo del año como las Gemínidas o las Leónidas» según afirma Maldonado, las Perseidas son la más mediáticas. El hecho de coincidir en verano las convierte en la excusa perfecta para organizar encuentros, o veladas especiales. La NASA incluso retransmitirá en directo el espectáculo durante la noche del viernes. Pero para el que tenga la oportunidad, merece la pena alejarse de la ciudad, detenerse, y buscar en el cielo de agosto el rastro de una estrella fugaz.