Unas galletas de una granja ecológica gallega, premiadas por el Ministerio de Medio Ambiente

EFE

SOCIEDAD

Las Maruxas de Nata, elaboradas con productos ecológicos, han conseguido uno de los doce premios de excelencia a la innovación para mujeres rurales.

08 ago 2011 . Actualizado a las 22:31 h.

Unas galletas producidas por la firma de productos ecológicos Granxa Maruxa han logrado uno de los doce premios de excelencia a la innovación para mujeres rurales concedido por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) y cierto éxito comercial al encontrarse en cien puntos de venta en diversos lugares de España en solo un año.

Así los indicó una de las representantes y socia de la empresa, Marta Álvarez Quintero, que hace 11 años, tras su carrera universitaria, decidió hacerse cargo de la explotación ganadera que su familia tenía en Cumbraos, en el municipio lucense de Monterroso, y puso en marcha un particular sistema de producción ecológica, basado en el bienestar animal. Pintó los establos de colores, implantó un sistema de limpieza constante, ofreció música clásica para que sus vacas estuviesen más relajadas y, por lo tanto, aumentasen y mejorasen su producción de leche.

Una lesión de rodilla y una posterior operación quirúrgica la obligaron a estar inmovilizada durante un tiempo, lo que le hizo plantearse la necesidad de «diversificar el negocio de alguna manera», porque «el sector lácteo lleva muchos años en crisis», explicó. Entonces decidió producir galletas artesanas de nata en base a la receta tradicional de su infancia, utilizando en su elaboración leche de su granja, certificada por el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia (CRAEGA).

Con el apoyo de la entonces otra socia, Mercedes Guerreiro, comenzó a producir hace un año las Maruxas de Nata, unas gallegas elaboradas con la leche de la granja, además de harina y de azúcar ecológico procedente de Brasil y Paraguay. Molestas por el trato injusto proferido, en su opinión, por las grandes cadenas de distribución a los ganaderos, ambas optaron por no buscar intermediarios para la venta de sus gallegas -que se comercializan en formatos de 200 y 200 gramos- y fueron abriendo sus propios canales de comercialización. Actualmente, cuentan con más de un centenar de puntos de venta en España y esperan que el negocio, que ocupa a cinco personas, prospere y puedan contratar a una más en breve.

La noticias de que el MARM haya reconocido su iniciativa empresarial entre los doce premios de excelencia a la innovación para mujeres rurales les permitirá obtener una subvención de 25.000 euros.

Álvarez Quintero aseguró que llegó a «llorar de emoción», no sólo por el dinero, que nunca viene mal, sino por el «reconocimiento» explícito del Ministerio a su proyecto, a la idea de una persona joven, con un diploma de licenciada bajo el brazo, que decidió volver al campo para ganarse la vida.