Los expertos alertan del aumento del maltrato deportivo a los niños

r. domínguez A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Los cirujanos ortopédicos observan lesiones por entrenamientos abusivos

17 jun 2011 . Actualizado a las 09:11 h.

Cirujanos ortopédicos pediátricos que celebran estos días su congreso nacional en A Coruña dieron ayer la voz de alarma sobre el incremento de lo que no dudaron en calificar de «maltrato infantil» vinculado a sociedades «modernas» y relacionado con la práctica abusiva de actividades deportivas.

Responsables de dos de los seis centros de referencia nacional, Pedro González Herranz, del Hospital Teresa Herrera, de A Coruña, y Rosend Ullot, del Niño Jesús, de Barcelona, aseguraron que tanto padres como clubes y entrenadores ejercen a veces sobre los niños excesiva presión, de modo que «se les exige una preparación física y un rendimiento para el que el esqueleto del niño no está preparado, no puede soportar la intensidad de entrenamiento de un adulto», recalcó el especialista del hospital coruñés. «Un niño de 10 años no debe entrenarse tres horas diarias; si sigue así, veremos secuelas seguro», añadió Herranz, mientras que Ullot puso el acento en la reincorporación de los pequeños al ejercicio pese a estar lesionados. «Son los padres los que deciden si el niño juega o no, y niños sin alta médica están jugando. Eso es maltrato», subrayó.

Insistieron ambos especialistas en que ante una lesión debe cesar la práctica de ejercicio, pero si no es así, «al cabo de unos meses, los vuelves a tener en la consulta con una lesión grave», añadió Ullot, quien criticó las «excesivas prisas por recuperar a los jugadores con lesiones musculares», ya que «la causa de una recaída es siempre la prisa y la gran mayoría de los niños vuelven a jugar antes de tiempo». En este sentido, censuró también el ejemplo de recuperaciones en tiempo récord que a menudo se publicita en el deporte de élite, y enumeró entre las secuelas desde artrosis prematuras a problemas en el desarrollo óseo.

Herranz explicó que entre las lesiones más habituales figuran fracturas de muñeca, lesiones de radio, en los tobillos y dolencias de rodilla. «Cuando a un niño le aparece un bulto en la rodilla, por lo pronto no le dice nada a los padres para poder seguir jugando, pero cuando ya tiene dolor y lo llevan al médico, le receta antiinflamatorios y reposo; si no lo cumple, probablemente acabará con un problema mayor», dijo antes de recordar que no es inusual encontrarse con casos pediátricos de rotura de ligamento cruzado anterior, cuyo tratamiento «no puede realizarse como en el adulto, porque le puedes lesionar el cartílago y condicionar su crecimiento».

Si Ullot lamentó que «muchos niños que podrían ser deportistas de élite se pierden por jugar lesionados con 10-11 años», Herranz reclamó atención por parte de los padres: «Si creemos que tenemos en casa un diamante en bruto, hay que cuidarlo», dijo gráficamente antes de apostillar que, «por parar, los niños no van a perder su nivel».

El fútbol, el baloncesto y el balonmano son los deportes en los que más casos se detectan, también por ser los más practicados, pero destacaron además la existencia de cuadros de exceso en la práctica infantil de danza y, en menor medida, patinaje.

La importancia de las lesiones en los niños radica, según señalaron, en que se trata de edades en las que el aparato locomotor está en proceso de crecimiento, de modo que pueden condicionar el desarrollo del niño, en ocasiones con disimetrías importantes o daños crónicos.

En A Coruña

Pedro Herranz, responsable de cirugía ortopédica del Hospital Teresa Herrera, cree que un 1 % de las lesiones traumatológicas que llegan a urgencias tienen que ver con prácticas deportivas excesivas. Solo en A Coruña son 50 niños cada año.