Obama en la favela «Cidade de Deus»

EFE

SOCIEDAD

Samba, capoeira y fútbol en la visita del presidente estadounidense que comprobó de primera mano las desigualdades del país.

20 mar 2011 . Actualizado a las 22:26 h.

Con una exhibición de samba y capoeira y unas cuantas jugadas con un balón de fútbol, la favela Cidade de Deus (Ciudad de Dios), en Río de Janeiro, acogió hoy al presidente estadounidense, Barack Obama, que entre reuniones sobre la situación en Libia dedicó la mañana a visitarla.

Acompañado de su esposa, Michelle, y de sus dos hijas, Malia y Sasha, el mandatario de EEUU se desplazó en helicóptero hacia la favela que hizo famosa la película del mismo nombre de Fernando Meirelles, nominada en su día a cuatro Oscar.

Decenas de personas acudieron a recibir al primer presidente negro estadounidense, una figura muy popular en Brasil y que, según dijo en su día el exdirigente Luiz Inácio Lula de Silva, podría encajar perfectamente por su aspecto y su historia personal como un brasileño más.

Obama se dirigió en primer lugar a la sede de la Fundación para la Infancia y la Adolescencia, en donde asistió a una demostración de los ritmos que han hecho famosa la música brasileña, como samba, funk y maracatú, y donde no pudo resistirse a mover la cabeza con los sones de los tambores.

Junto a una audiencia de unas sesenta personas que incluía a niños residentes en la favela y sus padres, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, y el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, el presidente y su familia disfrutaron también de una exhibición de capoeira.

Obama no pudo resistirse a participar en otra de las grandes manifestaciones culturales brasileñas: el fútbol.

Sin corbata ni chaqueta y tras subirse las mangas de la camisa, se sumó a los toques de balón de un grupo de pequeños que lucían camisetas con el lema «Río 2016», año en que la ciudad será anfitriona de los Juegos Olímpicos.

Ante la mirada asombrada de los niños, Obama procedió a regatear, mientras su esposa -vestida con una camisa amarilla y una falda verde- y unas divertidas Malia y Sasha se animaban también a dar unos toques a la pelota.

Después de la corta visita, Obama tuvo ocasión de ser testigo de primera mano de la pobreza y las desigualdades que aún persisten en Brasil, pese a los avances económicos de la última década.

A la salida del local, el presidente saludó a las decenas de residentes que se esforzaban por verlo a distancia, apostados en las ventanas y los tejados de este barrio, creado inicialmente en 1960 dentro de un programa gubernamental para eliminar las favelas del centro de la ciudad.

Según había declarado previamente el principal responsable de la política para América Latina de la Casa Blanca, Dan Restrepo, la visita a Ciudad de Dios buscaba demostrar que apoyan «el éxito de todos los brasileños».

Tras la visita, de menos de una hora, el presidente y su familia regresaron a su hotel, desde donde Obama se dirigirá al Teatro Municipal para pronunciar un discurso al pueblo brasileño.

En esa intervención, según Restrepo, Obama destacará entre otros asuntos la transición hacia la democracia que ha protagonizado Brasil, que aún en los años ochenta estaba gobernado por militares.

De acuerdo con Restrepo, Obama también subrayará que la democracia y el desarrollo avanzan de la mano, así como las «lecciones de Brasil al mundo entero» en ese sentido.

El presidente estadounidense concluirá su estancia en Río de Janeiro con una visita a su principal símbolo turístico, la estatua del Cristo Redentor en el cerro del Corcovado.

Inicialmente, esa visita estaba prevista para esta mañana a primera hora, pero «motivos logísticos», según Restrepo, obligaron a posponerla hasta la noche.

Obama partirá mañana por la mañana a Chile, el segundo país de su gira por América Latina, que concluirá el miércoles en El Salvador.