Murió Amparo Muñoz, la muñeca rota por la fama

miguel lorenci MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

La actriz, de 56 años, ha sido la única Miss Universo española, pero las drogas la arrastraron a un triste final

01 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La vida de Amparo Muñoz se quebró mucho antes de su muerte la noche del pasado domingo. No quiso ser una marioneta y se convirtió en una muñeca rota. La actriz y modelo fue la mujer más bella del mundo, pero desde la cima de la belleza universal descendió en picado al oscuro laberinto de la droga. Enferma desde hace años y sometida a una delicada intervención quirúrgica, su salud se deterioró sin remedio en las últimas semanas. La actriz murió con 56 años, rodeada de los suyos, en una intimidad familiar que su entorno quiere mantener en su funeral.

Nacida en Vélez-Málaga el 21 de junio de 1954, Amparo Muñoz Quesada fue la única española Miss Universo. Consiguió el título con veinte años recién cumplidos, el 22 de julio de 1974 en Manila, pero lo rechazaría a los seis meses. Se negó a ser una marioneta en manos de los dueños del concurso y no quiso viajar a Japón. Tuvo que dejar el cetro y la corona de la belleza y renunciar a un reinado que apenas duró medio año.

Había comenzado su carrera como modelo apenas un año antes. Miss Costa del Sol y Miss España en 1973 fueron los títulos que la catapultaron a la fama. El cine no quiso renunciar a la fresca y rotunda belleza de aquella muchacha. Sin ninguna experiencia interpretativa, rodó en 1973 Vida conyugal, con Ana Belén y José Sacristán, y después un puñado películas olvidables hasta que con El tahúr (1979) logró cierto éxito de crítica.

Conseguiría dejar el cine de destape para ponerse a las órdenes de los mejores directores de la época: Mamá cumple cien años (1979), de Carlos Saura; Dedicatoria (1980), de Jaime Chávarri; Hablamos esta noche (1982), de Pilar Miró o El balcón abierto (1984), de Jaime Camino. Tras filmar a mediados de los ochenta algunos títulos más, se alejó de los platós durante casi una década para reaparecer en 1996 con Licántropo, de Paul Naschy, y en 1997 Fernando León de Aranoa le concedería otra oportunidad con Familia, casi el canto del cisne cinematográfico de la actriz.

Tres matrimonios

Mientras tenía éxito en lo profesional, en lo personal se sucedieron las caídas y los fracasos. Estuvo casada en tres ocasiones y acumuló problemas con la justicia por su proximidad al mundo de las drogas.

En 1976 había conocido a su primer marido, el cantautor y actor Patxi Andión. Sería luego pareja del productor Elías Querejeta durante un corto período. El chileno Flavio Labarca, anticuario acusado de tráfico de drogas a quien conoció en México, fue su segundo esposo. A principios de los noventa la actriz contrajo matrimonio con Víctor Santiago Rubio Guijarro, de quien se separó en 1994.

La ruptura con Patxi Andión marcó el inicio de una espiral de problemas personales y judiciales. Fue acusada de abofetear a la productora de una película en Filipinas; detenida cuando compraba heroína en Barcelona y denunciada por impago en dos hoteles. Resucitó temporalmente con La vida es el precio, la autobiografía que publicó en el 2005 y que la aupó a los programas del corazón, que tuvo que dejar por culpa de una enfermedad que su familia no quiere nombrar y que la acabó venciendo.