La Feira do Cocido se estrena como fiesta de interés nacional

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

SOCIEDAD

«Del cocido os viene la fuerza a los gallegos», dijo Mariló Montero

28 feb 2011 . Actualizado a las 13:08 h.

Día de sol, día de cocido en Lalín. Un aserto que se cumple sin discusión posible. Miles de comensales degustaron el plato rey en casas de amigos o familiares, en los restaurantes que repitieron turnos para saciar el ansia por chorizos y lacones, por cachuchas y tocinos. El aroma a grelos cocidos impregnó ayer la capital de Deza, hospitalaria y orgullosa de recibir a 70.000 personas, según la organización, para estrenar el marchamo de Fiesta de Interés Turístico Nacional para su 43.ª Feira do Cocido.

Convertido en ritual para muchos gallegos, desde primera hora de la mañana el peregrinaje de autobuses y coches convergía en Lalín. Paseo por el mercado y bolsas repletas de viandas para próximos cocidos. Después, a disfrutar del programa oficial de actos y, sobre todo, del plato.

La primera cita tenía al controvertido castro tecnológico de los 11,5 millones de euros como destino. El vestíbulo del nuevo consistorio diseñado por Mansilla y Tuñón albergó la Encomenda do Cocido. Ocho nuevos cofrades se sumaron a golpe de cucharón a esta cofradía gastronómica. La primera en recibir la nueva capa de Florentino Cacheda fue la pregonera de esta edición de la fiesta, la periodista Mariló Montero, de manos del presidente de la Xunta. También fueron distinguidos el oncólogo José Manuel Pérez; el director de la Casa de Galicia en Madrid, José Ramón Ónega; el pediatra Ángel Suárez, la empresaria textil Ángeles Guerra, el escritor Xosé Neira Vilas, el empresario vigués Fernández Tapias y la sobrina del Rey María Zurita.

La comitiva se trasladó a continuación a la calle Principal, a un palco repleto de autoridades y comendadores, donde Mariló Montero aseguró que del cocido «os viene la fuerza a los gallegos», para narrar su recorrido a la inversa tras degustar el plato en Madrid y buscar sus orígenes. Halló a personas como Lola y Manuel, con los que habló para descubrir que «el cocido tiene alma».

Detrás del plato hay «manos de los nuevos héroes gallegos, que sois los campesinos de precios tirados de la leche, de los impagados de Rumasa, de la eterna esclavitud del campo», afirmó la pregonera entre los aplausos del público.

El cocido se convirtió en Lalín y para Lalín en el mejor antídoto contra la crisis, como defendió el orgulloso alcalde, José Crespo, de un municipio con 1,5 años más de vida que la media gallega. Por el porco será.

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