Fallece el chef Santi Santamaria, detractor de la cocina molecular

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Tenía 53 años y estaba enseñando a los periodistas su local de Singapur

17 feb 2011 . Actualizado a las 00:40 h.

La ironía que adornaba el carácter del prestigioso chef Santi Santamaria (Barcelona, 1957) se cruzó con él en el último recodo de su vida: Santamaria falleció ayer con solo 53 años mientras enseñaba a unas visitas la cocina de su restaurante de Singapur, el Santi, del resort Marina Bay Sands. Santamaria sufrió un paro cardíaco y se desplomó en presencia de críticos de cocina y periodistas de varios países, uno de ellos, el gallego Cristino Álvarez, quien en declaraciones a Efe confirmó que lo último que dijo el chef catalán fue: «Me está dando un bajón». Fracasaron los intentos de reanimarlo con masaje cardíaco. La ambulancia llegó 20 minutos después y él aún respiraba camino del hospital.

Santamaria fue un adalid de la cocina natural, el producto y la excelencia en la preparación. Su local de Sant Celoni, el Racó de Can Fabes, es uno de los siete privilegiados que cuentan en España con las tres estrellas de la Guía Michelin. De hecho, fue el segundo en lograr tal distinción, en 1994, precedido solo por Juan Mari Arzak. Su entrada en la prestigiosa guía se remonta a 1987. Al año siguiente ya tenía la primera estrella.

Aunque los grandes chefs de España lo lloraron ayer, lo cierto es que mantuvo una agria polémica con Ferran Adrià y aquellos que con él se alinearon en la consagración de una cocina de vanguardia que Santamaria criticaba con dureza.

El catalán, que hizo temblar los cimientos de la moderna gastronomía española con su libro La cocina al desnudo, mostró sus profundas convicciones en una entrevista concedida a La Voz de Galicia el 16 de enero del 2009, en plena polémica molecular y con el cocinero de El Bulli en la cima de la gastronomía: «Lo que realmente hay que debatir es si la cocina es o no es ciencia, y yo digo que no porque si fuese una ciencia exacta no podría ser un arte. Se intenta transigir con el uso de aditivos que son productos químicos industriales. Y ahí hay que decir bien alto que existen cocineros que tienen empresas de distribución de esos aditivos químicos que intentan hacer pasar por texturas».