El mal de las vacas locas se halla en vías de erradicación en Galicia

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO/ LA VOZ.

SOCIEDAD

La comunidad solo registró cuatro focos en lo que va de año, la cifra más baja de toda la década

23 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Galicia ha registrado en lo que va del 2010 solo cuatro casos de reses afectadas por la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), lo que confirma que el mal de las vacas locas se halla en vías de erradicación. Se trata de la cifra más baja de toda la década. Y ratifica una trayectoria descendente en el número de casos. Desde que apareció la primera res afectada a finales del 2000, la cifra de test positivos fue incrementándose hasta alcanzar una cifra récord en el 2003, cuando se confirmaron 62 casos. Según los datos hechos públicos por el Gobierno central, de los 773 focos de EEB detectados en España en esta década, 257 se corresponden con Galicia, lo que representa un tercio del total. Los cuatro casos de EEB que ha habido este año en la comunidad apenas representan el 1,5% del total de reses infectadas desde el 2000, lo que refuerza la teoría de los expertos de que la enfermedad se halla a punto de erradicarse.

Sobre este aspecto se ha pronunciado recientemente Juan José Badiola, director del Centro de Investigación en Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes, quien sostiene que España tardará todavía un poco de tiempo en dar por terminada una enfermedad en que la mayoría de los casos que se registran ahora se producen en reses viejas. Pese a todo, Badiola ha abogado por seguir perseverando en el control «sin dulcificar» por ahora las medidas.

España es el segundo país de Europa en prevalencia de casos de EEB, después de Irlanda, y delante del Reino Unido, según los datos que maneja Bruselas. El pasado verano la Comisión propuso rebajar las medidas adoptadas por los 27 hace casi diez años para luchar contra el mal de las vacas locas al entender que la EEB se hallaba prácticamente erradicada y que no se habían producido casos nuevos.

La Comisión sostiene que los resultados obtenidos a día de hoy prueban que las iniciativas adoptadas fueron rigurosas y eficaces para combatir la enfermedad y argumenta que los cambios propuestos en la estrategia comunitaria no alterarán el objetivo final de erradicar totalmente la enfermedad en el territorio de la UE. La Xunta sostiene que los datos de Galicia en este 2010 y la evolución a la baja confirman que las medidas de seguridad han funcionado y que se ha preservado la seguridad alimentaria de los ciudadanos, uno de los aspectos centrales.

La aparición del primer caso de vaca loca en el 2000 en Galicia desató el temor de los usuarios hasta el punto de que se desplomó la demanda de vacuno y la cotización de los terneros.

Los cambios que plantea la Comisión para una aplicación progresiva a partir del 2011 pasan por autorizar el uso de harinas animales en los piensos para el ganado porcino, para las aves y para los peces, es decir, no rumiantes, aunque se mantendría el veto para las vacas.

Después de la crisis de las vacas locas, entre el 2000 y el 2001, los 27 adoptaron unas severas restricciones que fueron revisadas en una primera hoja de ruta en el año 2005. Esta sería una segunda reforma con la que Bruselas pretende fijar la estrategia para los próximos cinco años en materia de encefalopatías espongiformes (EET), entre las que se encuentra la EEB.

Otras iniciativas

Además de retirar la prohibición sobre las proteínas animales, el Ejecutivo comunitario propone otras alternativas para suavizar el actual marco, como aumentar la edad a la que un animal debe ser sometido a test de forma obligatoria y anular el sacrificio sistemático de las cohortes del bovino contaminado.

Bruselas insiste en que los escasos focos de EEB que siguen apareciendo en Europa se corresponden con reses muy viejas que sufrieron el contagio antes de que la UE adoptara fuertes medidas restrictivas.

Consultada al respecto, Medio Rural celebra que los escasos focos positivos confirman la reducidísima prevalencia de la enfermedad en la comunidad gallega, que se ha caracterizado por preservar la seguridad alimentaria de los usuarios. Al igual que la UE, la Xunta confirma que los test positivos se corresponden con animales añejos que contrajeron la enfermedad antes del 2001, con lo que no habido nuevos contagios.