El Papa abrirá el Sínodo para afrontar la situación de los cristianos en Oriente Próximo

Efe / Juan Lara

SOCIEDAD

A la asamblea, que empezará el 10 de octubre, asistirán 101 obispos que provienen de Oriente Próximo, donde los cristianos son una exigua minoría entre los musulmanes y los judíos.

08 oct 2010 . Actualizado a las 20:03 h.

El papa Benedicto XVI reunirá en el Vaticano a 185 obispos, del 10 al 24 de octubre, con el objetivo de afrontar los desafíos a los que se enfrentan los cristianos en Oriente Próximo, entre ellos los conflictos políticos, la libertad de religión, la evolución del Islam y la emigración.

La asamblea, presentada hoy en el Vaticano por el obispo Nikola Eterovic, secretario general del Sínodo, tiene como lema «La Iglesia católica en Oriente Próximo: comunión y testimonio. La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola alma» y será abierto por el papa Benedicto XVI con una misa solemne el domingo día 10.

Al Sínodo asistirán 185 obispos católicos, de los que 101 provienen de Oriente Próximo, donde los cristianos son una exigua minoría entre musulmanes y judío, y pertenecen a Iglesias de rito oriental en comunión con Roma.

Entre los participantes se encuentran nueve Patriarcas, 19 cardenales, 65 arzobispos y diez representantes de congregaciones religiosas presentes en la zona.

También han sido invitados Muhammad Al Sammak, consejero político del mufti (máxima autoridad islámica) de Líbano, el ayatollah iraní Seyed Mostafa Mohaghegh Ahmadabadi y el rabino David Rosen, presidente del Comité Internacional Judío de Cuestiones Interreligiosas.

El documento de trabajo del Sínodo, el «Instrumentum Laboris», fue entregado por Benedicto XVI a los obispos de la zona durante su viaje del pasado mes de junio a Chipre.

El documento señala que los desafíos a los que se enfrentan los cristianos en Oriente Próximo son los conflictos políticos, la libertad de religión y de conciencia, la evolución del islam y la emigración.

Los obispos católicos de Oriente Próximo consideran que «la ocupación israelí» de los territorios palestinos es «una injusticia política impuesta a los palestinos», que las relaciones judío-cristianas se resienten por ese conflicto y que los lazos con el Islam son difíciles debido a que los musulmanes no distinguen entre religión y política.

También han denunciado que el «egoísmo» de las grandes potencias, unido a la persistencia del conflicto y a que no se respete el derecho internacional y los derechos humanos, ha desestabilizado el equilibrio en Oriente Próximo e impuesto a la población una violencia que corre el riesgo de llevarla a la desesperación y cuya consecuencia es la emigración de los cristianos.

El integrismo islámico es una amenaza para todos, también para los musulmanes, según los prelados cristianos, que abogan, también, por un estado palestino reconocido internacionalmente.

Según Eterovic, el objetivo de este sínodo es «confirmar y reforzar la identidad» de los cristianos que viven en Oriente Próximo y avivar la unidad eclesial entre las diferentes iglesias presentes en la zona.

Durante el sínodo se hará constar la «fuerte emigración» de cristianos de sus países de origen, debido a la situación de inseguridad e inestabilidad de Oriente Próximo y se les exhortará a permanecer y a contribuir «a la construcción de una sociedad justa, pacífica y próspera».

En Oriente Próximo están presentes, además de la Iglesia de rito latino, las iglesias Copta y Etíope, de tradición alejandrina; Sirio-Malankarese, Maronita y Siria, de tradición antioqueña; Armenia, de tradición armenia; Caldea y Sirio Malabarese, de tradición caldea, y la Iglesia Greco-Melquita, de tradición bizantina. Todas ellas están en comunión con Roma.

Los cristianos son una pequeña minoría, que apenas llega al dos por ciento de la población de Oriente Próximo.

El Sínodo será abierto y clausurado por Benedicto XVI, quien el domingo 17 proclamará seis santos, entre ellos la monja española Cándida María de Jesús Cipitria y Barriola (1845-1912).

Los otros son Mary Hellen Mackillop (1842-1909), que será la primera santa australiana; el polaco Stanislaw Soltys Kazimierczyk (1433-1489), y el canadiense Alfred Bessette (1845-1937).

Asimismo serán elevados a la gloria de los altares y al culto universal las monjas italianas Giulia Salzano (1846-1929) y Battista Camilla da Varano (1458-1524).