Una vida de cine con 95 años

María Conde PONTEVEDRA/LA VOZ.

SOCIEDAD

El fundador de la sala Rías Bajas, la única del municipio y que solo abre de julio a septiembre, cuenta la película de su vida

10 ago 2010 . Actualizado a las 10:42 h.

Es difícil ganarle la batalla a la playa de Silgar cuando se superan los 30 grados de temperatura. Pero aun así, seguro que hay quien después del baño, a eso de las ocho y cuarto, optó ayer por la tarde por el fresquito para ver en pantalla cómo perseguían a Tom Cruise y a Cameron Díaz haciendo equilibrios en moto. El Cine Rías Bajas solo abre en verano, una apuesta que cuando menos en los tiempos que corren parece arriesgada. Pero su actual propietario, Javier Cacabelos, aclara enseguida que fuera de la época estival, «en Sanxenxo no hay población para tanto». «Y los gastos -explica- son grandísimos».

No siempre la actividad se redujo a los tres meses de verano. En sus inicios, allá por 1969, el padre de Javier, Gonzalo, el fundador de la sala, la mantenía abierta también durante los fines de semana del resto del año. La vida de este empresario, que cumplirá los 95 años el 4 de septiembre, el día de Santa Rosalía, patrona de Sanxenxo, bien podría ser también objeto de un guión cinematográfico. Y aunque afirma que ya empieza a olvidarse de «muchas cosas», su memoria mantiene prácticamente intactos sus recuerdos.

Su aventura cinematográfica empezó en el año 1946, cuando decidió abrir el Cine Gondariño de Portonovo, cuyo nombre tomó de su lugar de nacimiento. Pero la aventura personal ya había tenido un difícil rodaje en dos guerras, la Civil y la Segunda Guerra Mundial. A los 19 años entró en el Ejército y uno y medio más tarde, con el inicio de la primera contienda, se vio obligado a entrar en combate. La española la tiene marcada en el rostro, ya que una bala le perforó la mejilla.

Y en la Mundial fue uno de los enviados con la División Azul entre el 41 y el 43 para luchar contra los rusos en San Petersburgo (entonces Leningrado). Allí se ocupó de las transmisiones. «Lo pasamos muy mal, con mucho frío -relata-. Pasé dos inviernos. El primero lo superamos a base de tener una hoguera muy firme. Había que buscar más leña... El segundo fue mejor, porque nos dieron superbotas y superabrigo. Hubo muchas bajas por la nieve. La nieve estaba en las orejas, en la nariz...».

«He luchado muchísimo»

A su regreso, se licenció del Ejército como sargento. Y con su hermano Antonio empezó con el negocio del cine en Portonovo, que luego cerró a la entrada de los noventa. «En el cine hice de todo, operaba, compraba películas... He luchado muchísimo». En Navidades hará 41 años que abrió el Rías Bajas, que vivió su época dorada en los ochenta y que, como dice su fundador, «de momento, da». «Tenemos una ventaja -dice-. Y es que podemos elegir lo mejor que se pasa durante el año en España. El distribuidor recoge datos de todas las películas y elegimos. Ahora vamos a empezar con Toy Story 3, que ya la proyectamos en el mes de julio. Y también nos va a llegar la propaganda de otra que ha dado ya 17 millones», explica en referencia a Eclipse.

«Lo que funciona es el mes de agosto», añade su hijo, quien destaca que a su padre le gustan mucho las películas infantiles. De las de los años cincuenta, Gonzalo Cacabelos recuerda las de Sara Montiel o las de Negrete. Algunas novedades, como la tercera entrega de Millennium, no le llaman tanto la atención. «El otro día solo había cuatro personas en el cine y me dijo: ''No debe ser muy buena''», ríe Javier.