Actualmente, Ana María trabaja en el restaurante Filigrana del hotel A Quinta da Auga, de Santiago, y el premio no lo va a utilizar para darse un capricho, sino para mejorar su formación. De hecho, el próximo mes de septiembre se va a Palma de Mallorca a una escuela de coctelería y flair (que consiste en hacer las mezclas con espectáculos y acrobacias), para seguir perfeccionando su técnica.
Desde que se alzó con el campeonato español de gin-tonic reconoce que son muchos los que se acercan a A Quinta da Auga para probarlo -«la verdad es que lo piden bastante»-, y ella no hace gala del refranero que dice que En casa de herrero cuchillo de palo , «porque a mí me encantan los cócteles».