Los auténticos señores del albariño

SOCIEDAD

Mañana el fasto cubrirá la plaza de Fefiñáns. Antes, como cada año, el escultor Manolo Paz recibe a sus amigos en su magnífico estudio.

31 jul 2010 . Actualizado a las 02:19 h.

Cambados abraza su gran fin de semana. La Festa do Albariño lo cubre todo de una extraña combinación de rigor oficial y exaltación desmadrada con el blanco fruto de las vides de O Salnés, el más famoso y comercializado, porque hay otros y no están nada mal, como protagonista. El banquete institucional que se celebra mañana vestirá de protocolo la plaza de Fefiñáns.

Dicen que todo comenzó a la sombra de una huerta, con gentes como Álvaro Cunqueiro y Ramón Cabanillas entre sus fieles bebedores. Con el tiempo, las capas de terciopelo acostumbran a extender un manto de ortodoxia que estrangula lo espontáneo. Claro que cerca de allí, en la zona de As Quintáns, sobrevive un espacio diferente en el que las raíces de tantas cosas crecen todavía libremente entre los menhires y las piedras flotantes soñadas por el escultor Manolo Paz.

Cada año, días antes de tanto fasto, el Padroado da Piña da Faísca e A Sobreira Maior das Quintáns, se reúne con la desembocadura del Umia y un puñado de amigos como testigos para nombrar sus propios cabaleiros. Suso Pombo se hace cargo de los fogones para redondear un pulpo y una paella de berberechos en agua de cigalas que ponen tiesos a los invitados, haciéndoles desplazarse de aquí para allá entre las sombras. La escritora Luisa Castro, el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, creadores como Uxío López, Chaves, Chazo, Juan Moreno y Arenaz, o el galerista Silvoso transitan entre descorches. No es cuestión de desvelar pequeños secretos que solo aquí cobran vida. Así que cada cual puede imaginar lo que quiera. Un consejo: jamás aparque su automóvil debajo de una viña polvorienta. De no ser por el realizador Manu Paz, por Alejandro, Samuel y otros, la tarde habría acabado como una de las etapas de Sainz y Molla. «Arráncalo Carlos, por Dios».