A paso lento pero inexorable, la marea negra que desde hace más de un mes flota en el golfo de México seguía avanzando ayer hacia la costa del estado de Florida, donde los expertos pronostican que la mancha de gasolina podría tocar tierra incluso este fin de semana. Al cierre de esta edición, el vertido de petróleo se encontraba apenas a diez kilómetros del litoral de este estado, considerado como uno de los más turísticos y donde la temporada de verano comenzaba hace unos días.
Precisamente, el miedo a que este desastre ecológico acabe afectando a la economía local conseguía empañar ayer el primer éxito de los ingenieros de BP en su esfuerzo por cortar un trozo de la tubería donde se encuentra la fuga, para colocar a continuación una campana que reconduzca el petróleo a la superficie. Aunque en un principio este proceso se había visto interrumpido después de que una de las sierras encargadas del corte se quedara atascada, los operarios lograron finalmente segmentar un trozo de la tubería gracias a la utilización de unas tijeras de presión. Tras este éxito inicial, que deberá confirmarse, la petrolera pretende extraer desde hoy el crudo de la plataforma.
El siguiente paso a partir de ahora es colocar una campana extractora encima del segmento seccionado, si bien el delegado del Gobierno en la zona, el almirante Thad Allen, reconocía que «es imposible saber cuánto petróleo seremos capaces de atrapar hasta dentro de un par de días, ya que el corte realizado es irregular y esto podría complicar el proceso». La falta de recursos para poder frenar el vertido ha sido una constante desde que el pasado día 20 de abril una explosión reventó las entrañas de la plataforma Deepwater Horizon .
El pasado jueves, el propio director ejecutivo de BP, Tony Hayward, reconocía en una entrevista al Financial Times que la multinacional «no estaba preparada ni disponía de los recursos adecuados para afrontar un desastre de esta magnitud» y que cualquier crítica a su empresa por esta falta de previsión «debería ser considerada justa».
Varapalo para la petrolera
En total se calcula que solo en el proceso de intentar parar el vertido BP se ha gastado 960 millones de dólares, un dinero al que en próximos días deberán sumar 360 millones por la compra de cinco barreras de protección para la costa de Florida. La petrolera recibió ayer otra mala noticia tras su desplome en Bolsa, ya que las agencias de calificación Fitch y Moody's rebajaron sus notas crediticias debido a su incapacidad para contener el derrame de crudo.