«Es un aparato que va a revolucionar los ordenadores»

M. Pérez / J. Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

SOCIEDAD

29 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El iPad llegaba oficialmente a Galicia a las diez de la mañana. Y eso se notó en las tiendas de A Coruña. En Play, establecimiento especializado en Apple de la ciudad, cuatro personas esperaban la apertura de puertas. Jorge, uno de ellos, tenía un objetivo: hacerse con tres unidades del iPad. Y eso que ya tenía uno, comprado en Estados Unidos dos días después de que saliese en el mercado americano. ¿Por qué tantos? Los necesita para su empresa. «Es un aparato genial y va a revolucionar el mundo de los ordenadores», opinaba.

El otro punto caliente de la macadición radicaba en la Fnac. Allí, algo más de una decena de personas esperaban la llegada del ansiado momento de tener un iPad en las manos. El primero de la cola, Juan, aguardaba desde las 8.30 horas. «Quería reservar uno, pero nos dijeron ayer que no funcionaban las reservas. Dice que hay suficientes, pero, por si acaso, hago cola».

Juan charlaba con un compañero sobre las virtudes del nuevo cacharrito. Con un iPhone le explicaba las dimensiones aproximadas del iPad y las posibilidades que este tenía: «Esto es una maravilla de verdad».

Al abrirse la puerta, no se produjeron carreras, pero sí que se pudo ver algún paso más acelerado de lo normal. Todos se dirigían al lugar en el que estaban expuestos. Lo querían tocar, manosear, ver cómo funcionaba. Pero para tener uno había que ir al mostrador, pedirlo al almacén y, luego, pasar por caja. A las 15.15 horas ya se despachaban los primeros. Silvia Fernández mostraba orgullosa su modelo, el de la gama más alta, con wifi, sistema 3G y 64 gb. ¿El precio? 779 euros. «Seguro que los vale», decía sonriente.

De cualquier modo, ni Silvia, ni Juan ni los empleados de Jorge fueron los primeros. La oficialidad tuvo alguna grieta, perdiéndose la sincronía. Santiago de la Iglesia lo pidió a la Apple Store y un fallo en la previsión del envío hizo que le llegase un día antes: «Tuve mucha suerte. Lo probé por la noche y me parece una pasada».