«Estos datos ponen de manifiesto que aunque el derecho a la libertad de culto sigue estando garantizado, sí han variado mucho las condiciones del ejercicio de este derecho», por lo que ha defendido la necesidad de esta reforma legislativa.
Según Caamaño, «si en estos treinta años la sociedad española ha cambiado claramente su percepción del fenómeno religioso y la tolerancia respecto a la diversidad de las religiones y de cultos integran una realidad asumida por todos, es necesario que las condiciones de ejercicio de esas libertades contengan esos cambios».