El Eyjafjalla vuelve a rugir con fuerza

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

La nube de cenizas del volcán islandés barrerá hoy todo el norte de la Península tras entrar por Galicia

08 may 2010 . Actualizado a las 12:21 h.

Las erupciones del volcán islandés Eyjafjalla incrementaron ayer su capacidad explosiva, lo que provocó que la ceniza alcanzase una altura de siete kilómetros, indican las mediciones aéreas realizadas por las autoridades del país nórdico. Los vientos en dirección sur y sureste impulsan la nube hacia la península Ibérica, según la Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol).

«La erupción es nuevamente explosiva, la lava dejó de salir y la mayor parte del magma es proyectado para todos lados debido a las explosiones en el cráter», advierte un informe de la Oficina Meteorológica islandesa y del Instituto Islandés de Ciencias de la Tierra. «Las cenizas se elevan sobre el cráter [4.000 a 7.000 metros] y hay que esperar nubes de cenizas considerables en función de la dirección del viento», continúa. «No hay ningún signo de que la erupción ha terminado», concluye.

En los gráficos facilitados por la oficina meteorológica del Reino Unido (MetOficce) se observa cómo un extremo de la nube se aproxima por el Atlántico y, en concreto, las cenizas concentradas entre 20.000 y 35.000 pies de altura podrían sobrevolar las provincias de Pontevedra y Ourense a partir de la pasada medianoche. Si las predicciones se cumplen, la nube barrerá toda la cornisa cantábrica.

El efecto que tendrá en el espacio aéreo es una incógnita. La principal zona de concentración de cenizas por encima del nivel tolerado por los reactores de avión se da en el noroeste de Europa, entre los 10 y los 30 grados longitud oeste.

Las cenizas volcánicas obligaron ayer a muchos aviones que cubren vuelos trasatlánticos a desviarse, lo que provocó retrasos de alrededor de una hora. En Irlanda permanecieron cerrados los aeropuertos de Donegal, Sligo, Knock, Galway y Kerry, aunque finalmente se autorizaron las operaciones.

Las autoridades están vigilando la posición y altura de la nube de ceniza, así como la dirección predominante de los vientos del Atlántico, que provocan un problema cuando soplan hacia el sur de Irlanda.