El perfil de estas mujeres suele ser de universitarias, independientes económicamente, de fuerte personalidad y, lo más importante, con una edad media aproximada de 35 años.
29 abr 2010 . Actualizado a las 16:21 h.El 10% de las españolas que acuden a una clínica de reproducción asistida no tiene pareja y no dudan en someterse a técnicas para quedarse embarazadas con semen de donante, lo que demuestra que la forma de vivir la maternidad ha cambiado en nuestro país.
Esta es una de los principales conclusiones de la clínica de reproducción asistida Ginefiv, que con motivo del Día de la Madre ha informado, a través de un comunicado, de que cada vez son más las mujeres que deciden ser madres en solitario.
Además, la edad media de las mujeres que se someten a un tratamiento de fertilidad ha aumentado tres años en la última década, pasando de los 33 a los 36 años.
Las aspiraciones de la mujer a tener una carrera profesional satisfactoria o la búsqueda de un momento económico estable suelen ser algunas de las causas del retraso del momento de la maternidad, según Ginefiv.
«En ocasiones, este momento puede llegar cuando la mujer está sin pareja y son cada vez más las que no renuncian a su deseo de ser madre y no dudan en someterse a técnicas de reproducción asistida con semen de donante», ha explicado la coordinadora de Ginecología de Ginefiv, Victoria Verdú.
El perfil de estas mujeres suele ser de universitarias, independientes económicamente, de fuerte personalidad y, lo más importante, con una edad media aproximada de 35 años.
Pero hay que tener en cuenta que aplazar tanto el momento de la maternidad conlleva sus riesgos, ya que por cada año que se retrasa la maternidad las posibilidades de quedarse embarazada se reducen un 5 por ciento, pues la calidad ovocitaria y la reserva de óvulos disminuye con la edad.
Cuando se cumplen los 40 años, el riesgo de aborto puede alcanzar el 30-40%, ha concretado Verdú.
En cuanto a la donación de semen, ha asegurado que es completamente anónima, es decir en ningún caso la mujer puede saber la identidad del donante.
Sin embargo, lo que sí se busca es que las características fenotípicas sean similares y se aconseja elegir un donante que sea una persona similar a la mujer «para que el bebé sea lo más parecido posible a la madre», ha añadido Verdú.