Una empresa española lidera una investigación de atrofia muscular en el espacio

Efe

SOCIEDAD

Una máquina desarrollada en Barcelona viaja a bordo del Discovery para analizar los efectos de la ingravidez en los astronautas.

06 abr 2010 . Actualizado a las 18:36 h.

La investigación sobre la atrofia muscular, consecuencia de parálisis y traumatismos, dará un salto gracias a la instalación en la Estación Espacial Internacional de una maquinaria, desarrollada por una empresa española, que analizará los efectos de la ingravidez en los astronautas.

Los 400 kilos que pesa esta maquinaria, con forma de silla una vez montada, viajan ya en dirección a esta estación a bordo del transbordador Discovery, que fue lanzado ayer desde el Kennedy Space Centre de Florida, en Estados Unidos.

Los directivos de la empresa NTE-SENER, con sede en Cataluña y responsable del proyecto, han explicado este martes en Barcelona los detalles de la misión, bautizada como MARES (Muscle Atrophy Research and Exercise System), que persigue, entre otros objetivos, aportar datos que ayuden a mejorar la rehabilitación médica de los pacientes con atrofia muscular.

Los mecanismos de la atrofia muscular, que se produce normalmente en casos de parálisis, traumatismos por accidentes o inmovilizaciones prolongadas por enfermedades, son todavía una incógnita para los investigadores, según ha destacado el director comercial de NTE-SENER y médico e ingeniero de formación, Francesc Gallart.

Una vez instalada, la maquinaria desarrollada por esta firma de ingeniería y tecnología realizará múltiples pruebas a los astronautas de la estación espacial, de los que tomará medidas sobre el funcionamiento de once articulaciones diferentes a las que habrá aplicado un estímulo programable en velocidad y fuerza.

Los astronautas constituyen perfectos objetos de estudio ya que su exposición durante largo tiempo a un entorno sin gravedad les provoca una atrofia de la masa muscular con pérdida de fuerza en los músculos y osteoporosis con pérdida de calcio en los huesos.

El director general de NTE-SENER, Gabriel Alarcón, ha admitido que la aplicación directa de esta maquinaria en tierra «es muy difícil», ya que ha sido pensada para su uso en el espacio, pero ha subrayado que el conocimiento que se obtenga de los experimentos se traducirá en patentes y hará avanzar al investigación en áreas prácticas.

De hecho, el Instituto Guttmann de Cataluña, especializado en la rehabilitación de personas con lesiones medulares y otras discapacidades físicas, se ha interesado ya en estudiar con detalle los datos del proyecto MARES.

Fabricados con titanio, aluminio, acero y fibras, los cerca de 12.000 componentes de la silla de entrenamiento ha supuesto una inversión valorada en unos 14 millones de euros, teniendo en cuenta que se trata de un proyecto que se ha gestado en 16 años.

Además de la silla que viaja hacia la Estación Espacial Internacional, se han construido tres unidades más que se encuentran en los centros de entrenamiento de astronautas de Houston (EEUU), Colonia (Alemania) y Toulouse (Francia).

NTE-SENER es la responsable de la gestión del proyecto, del diseño global del sistema, y de las partes mecánicas y estructurales, así como del software, mientras que han participado también en alguna fase empresas como Etel y ABSSL y el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallés (Barcelona).

La empresa, que pertenece al grupo de ingeniería SENER, trabaja para grupos de investigación que necesitan soporte de ingeniería para el desarrollo de instrumentos sofisticados para ciencias experimentales, y también para departamentos de I+D de empresas industriales y fabricantes de dispositivos médicos.