Internet, penoso escaparate de la violencia escolar

Miguel Lorenci

SOCIEDAD

Según un estudio, se ha duplicado la presencia en el ciberespacio de vídeos y fotos sobre agresiones, insultos y humillaciones a profesores y alumnos.

02 feb 2010 . Actualizado a las 21:13 h.

Grabar agresiones o humillaciones a profesores o alumnos y colgarlas en Internet es una práctica creciente y penosa.

Preocupa, y mucho, a los profesionales de la docencia, según evidencia la memoria del Defensor del Profesor, instancia a la que el año pasado recurrieron casi 3.600 docentes de toda la escala para denunciar todo tipo de situaciones y conflictos con alumnos y padres: agresiones, insultos, asaltos, depresiones, y un inacabable etcétera. Mientras que las agresiones de padres a profesores cayeron un punto en el último curso -del 3 al 2%- aumentó «preocupantemente» la tendencia a colgar en internet imágenes de unos actos violentos que pasan del 6% al 11% de los casos comunicados. Lo denuncia Inmaculada Suárez, coordinadora del Defensor del Profesor, órgano creado en 2005 por el sindicato Anpe y que ha atendido en estos años a más de 10.000 profesores y maestros.

Por contra, se ha reducido sensiblemente, del 40 al 34% la proporción de profesores que se ve incapaces de dar clase ante la hostilidad y la rebeldía de los alumnos. El 47% de los profesores que recurrieron al Defensor en pasado curso tenían problemas de ansiedad; el 21% padecían depresión y el14% estaban de baja. Sólo un 18% no tenían problemas anímicos. Un 29% no se siente respaldado por la dirección del centro y un 9% tampoco encuentra apoyo en la administración. Hasta un 6% se plantea dejar la profesión. Casi la mitad de las llamadas fue de profesores de secundaria, pero inquieta que el 35% procediera de maestros de primaria.

La dificultad para dar clase ante la indisciplina de los alumnos se redujo seis puntos el curso 08-09, 34% frente al 40 % del anterior. Las agresiones de alumnos caen del 9 al 8%; los insultos aumentan del 10 al 16%; las faltas del respeto del 12 al 22%; El acoso y las amenazas suben del 17 al 18%; del 5 al 6% los daños a la propiedad. Por el contrario caen del 3 al 2% las agresiones de padres, aunque crecen del 15 al 20% las amenazas y acoso de progenitores. Caen también del 24 al 19% las denuncias de padres, mientras que el acoso entre compañero se reduce del 9 al 5%. La presión de los padres para cambiar notas crece del 3 al 5% y el acoso a compañeros cae del 9 al 5%.

Ante mi hijo

El aumento del 6% al 11% de la difusión en Internet de grabaciones sobre hechos violentos o humillantes inquieta sobremanera. «Las grabaciones de acoso, insultos y vejaciones que se cuelgan luego e Internet -donde es difícil establecer responsabilidades y proliferan infundios, falsas acusaciones, obscenidades y calumnias- o pasan de móvil a móvil crecen de manera preocupante» Insiste Inmaculada Suárez que incluye en su informe testimonios estremecedores como el de un profesor que se ve incapaz de regresar a su trabajo tras uno de esos episodios. «El lunes tengo que volver a clase. Estoy de baja aún tengo escalofríos. Me agredieron delante de mi hijo unos alumnos mientras otros lo grababan con el móvil. Las imágenes están en Internet. Aún creo que es un mal sueño o una pesadilla».

Otra profesora está dispuesta tirar por la borda su carrera al no superar las secuelas de un intento de agresión. «Sigo de baja. Los alumnos no me respetan; me han insultado y he soportado un intento de agresión. Estoy en tratamiento psicológico, pero no supero los temblores y las jaquecas. No voy al volver al colegio.

Mi salud y el bienestar de mi familia estar por delante» refiere.

Suárez denuncia también la sobreprotección de los padres, lo que hace aun más agresiva la conducta de unos alumnos y que no dudan a afrentar a los profesores con lindezas como «te denunciaré por gilipollas», «te voy a dar una patada en los huevos», «Te dará una paliza que no te conocerá ni tu padre» o «nos vemos en los tribunales»

Para evitar estas situaciones la clave está, según Inmaculada Suárez, en «devolver al profesor su prestigio social muy deteriorado». La conflictividad en las aulas es a su juicos «reflejo de un problema social de gran calado», y está asociado «a aspectos tan diversos como el abandono de las responsabilidades educativas por parte de las familias, la ausencia de normas en la educación, la crisis de valores, el descrédito de la autoridad, la situación del sistema educativo, la violencia ambiental que rodea a los niños y jóvenes y el mal uso de las nuevas tecnologías». «Es preciso que todos los que tienen responsabilidad en el proceso educativo asuman su parte para resolver de una vez este grave problema y evitar que nuestros índices de conflictividad se equiparen con los que sufren algunos países de nuestro entorno» resume.

Se felicita, con todo, Anpede que las denuncias de las agresiones de alumnos y padres a profesores estén siendo atendidas por los jueces. «Hay casos concluidos con multas de entre 6.000 y 9.000 euros, con órdenes de alejamiento, vigilancia y reeducación de esta conductas, que es la manera más eficaz de atajarlo».

Optimismo ante el pacto

Anpe ve con optimismo la posibilidad de alcanzar el pacto educativo que promueve Ángel Gabilondo y entienden que estamos en un «contexto privilegiado». Con todo, han enviado al ministro de Educación una batería de contrapropuestas y ponen el acento en la mejorar del convivencia en los centros educativos y la extensión por ley de a consideración del profesor como autoridad pública.

Esto es, extender a todas las comunidades al 'Ley Aguirre' que equipara a un profesor a un capitán de barco a un agente del policía en ejercicio o a un juez de paz.