Shanghái ha elegido como hilo conductor para su exposición universal uno de los grandes desafíos globales de la humanidad. Si en el año 1800 tan solo el 2% de la población vivía en ciudades, ese porcentaje había crecido ya en 1950 hasta el 29% y, según datos de la Organización de Naciones Unidas, en el 2010 alcanzará el 55% de la población mundial. Los países participantes en la Expo intentarán ofrecer soluciones a los retos que plantean megalópolis cada vez mayores y el imparable crecimiento urbano del siglo XXI.
Los contenidos del pabellón de España se han puesto en manos de tres de los más destacados directores de cine español: Bigas Luna, Basilio Martín Patino e Isabel Coixet. Partiendo de una perspectiva generacional, las tres salas del pabellón (con una superficie de 2.500 metros cuadrados) contarán el cambio vivido por las urbes españolas desde el éxodo campo-ciudad de los sesenta a los tiempos actuales.
Tradición y modernidad
La comisaria general de España en la Expo, María Tena, señala que la exposición, bajo el lema «De la ciudad de nuestros padres a la de nuestros hijos» , consiste en presentar España como un país a la vez viejo y nuevo, moderno y respetuoso con nuestro patrimonio. «Hemos hecho un pabellón para que guste a los chinos. Con la tradición china del mimbre y nuestra tradición con la artesanía», dijo Tena. «Queremos ser sus amigos más de lo que ya lo somos», añadió. Según una encuesta realizada a ciudadanos chinos, el pabellón español figura entre los tres más valorados.