«Hay que dar al desayuno la importancia necesaria», insistió ayer el presidente de la Fundación Española de Nutrición, Gregorio Varela, porque es «un hábito saludable para lograr un óptimo rendimiento físico e intelectual» y conseguir una nutrición correcta y equilibrada.
Y la infancia, remachó, es la «etapa clave para implantar» esa buena costumbre alimentaria, cuyos ingredientes deberían guiarse por el mismo principio de la dieta mediterránea de toda la vida, o sea, «de todo un poco, moderadamente», porque «no hay ningún alimento 100% ni 0%». El consejo básico de Varela fue que el desayuno sea la auténtica «primera comida del día», que «debe aportar el 25% de la energía» (690 kilocalorías del total recomendado de 2.761) de la jornada, cuya distribución calórica se completaría con un 30-35% de la comida, ?15-20% de la merienda y ?25-30% de la cena.
La directora general de Industria y Mercados Alimentarios del Ministerio, Isabel Bombal, por su parte, subrayó durante la presentación que «no desayunar o hacerlo simplemente como un trámite para no ir con el estómago vacío al trabajo, sin valorar que se trata de la comida más importante del día para cargar energía, es un error, igual que a nadie se le ocurriría no repostar cuando salimos de viaje o hacerlo cuando aparcamos».
«Omitir esta comida fomenta una dieta incorrecta», pobre en proteínas, calcio, vitaminas, hidratos de carbono y grasas saludables, apostilla Gregorio Varela.