El universal miedo a la burla

SOCIEDAD

Un estudio científico en 73 países demuestra que en todas las culturas hay gelotofobia, o pánico a que se rían de uno

14 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Si un finlandés llega ante un grupo de personas que se están riendo se sumará con naturalidad a la broma; si es un tailandés, es probable que piense que él es el blanco del chiste. Así de diferentes somos los humanos ante el miedo a la burla, un fenómeno que, en mayor o menor medida (puede afectar entre el 2 y el 30% de la población) se repite por todo el mundo. La universalidad de la gelotofobia, que así se llama el pánico a provocar la risa ajena, acaba de ser demostrada con un estudio de la universidad suiza de Zúrich. Los investigadores repartieron un cuestionario entre 93 científicos de 73 países que lo aplicaron, utilizando 42 lenguas diferentes, a 22.610 personas. Tras analizar las respuestas, los investigadores dedujeron que hay dos parámetros que varían según el país: con qué frecuencia se teme ser blanco de las burlas y cómo se reacciona en caso de creerlo así.

Hay grupos, como el tailandés, proclives a pensar que toda risa colectiva supone maldad (lo creen el 80%) frente a gentes, como los fineses, que rara vez se dan por aludidos (solo el 8%).

¿Seré gracioso?

En cuanto a cómo se reacciona, hay dos grandes formas de actuar: la llamada reacción de inseguridad, que consiste en tratar de ocultar a los demás nuestro miedo o pensar que uno es involuntariamente gracioso; y la reacción de evitación, que supone alejarse de las situaciones que pueden provocar la risa ajena. Los países donde es más habitual la primera reacción son Turkmenistán y Camboya; en cambio, en Irak, Egipto o Jordania lo más común es escapar de cualquier momento en el que se pueda caer en el ridículo.

¿Y España? Según este estudio, los españoles tendemos a creer que somos graciosos de forma involuntaria y no escapamos tanto de situaciones potencialmente «peligrosas» para nuestra autoestima. España ha aportado al estudio dos investigadores, uno de los cuales, Víctor Rubio, psicólogo de la Universidad Autónoma de Madrid, recuerda que las burlas «pueden llegar a convertirse en un problema que limite la vida social».