Nada más entrar en Expocoruña los visitantes pueden encontrar uno de los reclamos más importantes de la feria: el fórmula uno de Raikkonen. Aunque se extendió el rumor de que sería el coche de Fernando Alonso o Schumacher, el vehículo del finlandés fue el que se hizo con el puesto de la firma Rodex. Manuel Porto, el benjamín de la saga familiar, explica que ya lo habían expuesto dos veces en su taller: «Nos lo deja una firma de neumáticos y a la gente le encanta». ¿No le piden montarse en él? «Sí, pero no puede ser», dice sonriendo, mientras confiesa que él sí que se ha hecho pilotándolo fotografías que serán la envidia de sus amigos.
Cerca del puesto de Rodex está el de Classic Cars, un paraíso para los coleccionistas. Desde un vetusto modelos Chevrolet de 1919 adquirido en Nueva York a un deportivo MG de 1959, en el que no hace falta mucha imaginación para ver a Audrey Hepburn a bordo, en su zona se agotaban los flashes de los aficionados. El responsable del concesionario asegura que «con la crisis se resiente el negocio, pero no porque la gente no tenga dinero, sino porque están esperando a que aparezcan las gangas».