Australia tiene un problema. Galicia, no. Ramón Huidobro, gerente de Rías Baixas, disipa cualquier duda sobre el albariño patrio y ensalza las cualidades de sus vinos, «imposibles de copiar».
-¿El albariño gallego está fuera de toda duda?
-Sí, llevamos muchos años trabajando con esta uva. Además, hay estudios de ADN y con criterios ampelográficos que acreditan que es una variedad única, originaria de Galicia y que nada tiene que ver con la savagnin.
-¿Hay que entender las alusiones de los australianos a Galicia como una rabieta?
-No voy a polemizar sobre eso. Tenemos claro que lo que hay plantado en Rías Baixas es albariño. Entiendo que ellos tengan un problema, quieran taparlo y busquen responsables, pero no lo son nuestros viticultores gallegos. Si quieren responsables, que miren para otro lado.
-Ahora creen que ni siquiera podrán vender su savagnin blanc. Todo un problema.
-Lo que vendía Australia era la variedad, sobre todo enfocada al mercado estadounidense, que compra precisamente variedad. Le interesa lo que pone en la etiqueta, así que, en efecto, es un problema. A partir de ahí cuentan con dos opciones: Reestructurar lo que tienen, injertando albariño, una solución a tres o cuatros años vista, o destinar dinero a márketing para promocionar el savagnin.
-¿Por qué nadie se enteró del error en dos décadas? ¿Tan similares son las plantas?
-Son diferentes en la hoja, en el racimo y en las cualidades organolépticas del vino. Ahora bien, si los productores no vieron nunca una cepa de albariño se puede entender que diesen por hecho que lo era.
-¿Puede haber cepas erróneas en otros puntos del planeta?
-Sí, si alguien se las llevó del Encín antes de 1990.
-Albariño se identifica con Rías Baixas. ¿Afectan problemas como el de Australia a la denominación de origen?
-Albariño es una variedad de uva, pero también un tipo de elaboración del vino definido por nuestro reglamento, y que es la de aquellos caldos que son 100% albariño, el 97% de la producción de Rías Baixas. Y eso es lo que otros, que se llevan nuestros varietales, quieren copiar. Pero hay algo más que convierte en únicos nuestros vinos: la tipicidad, el saber hacer de los profesionales y las condiciones específicas de suelo y clima. Y eso es imposible de copiar. Debemos vincular nuestra forma de elaboración a la denominación de origen, que es lo que nos va a hacer siempre distintos.