Carroceros en punto muerto

SOCIEDAD

La crisis pone contra las cuerdas a Bertone y Pininfarina, mientras Italia teme perder para siempre el elegante estilo de dos gigantes de la historia del automóvil

17 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Italia se resiste a perder la distinción y la elegancia que Bertone y Pininfarina, dos grandes de la historia del automóvil, aportan desde hace casi un siglo a la industria de ese país. Los dos carroceros han vestido de glamur a los deportivos locales, como Ferrari o Maserati, pero también a los más señoriales vehículos ingleses, como Rolls-Royce, Jaguar o Aston Martin, o al americano Cadillac.

Las dos firmas turinesas son sinónimo de creatividad y aerodinámica, pero también de deudas. Tan importantes, que Bertone lleva un año y medio en suspensión de pagos y acaba de ser adquirida por Fiat, mientras que Pininfarina será fagocitada en breve, probablemente por la india Tata.

La posible muerte del concepto creativo de estas marcas se ha convertido en una cuestión de Estado en Italia, donde temen que lo que en principio se ha publicitado como operaciones de salvamento por parte de Fiat y Tata sean solo puro pragmatismo comercial, y que al adquirir sus cadenas de producción a precio de ganga entierren para siempre el estilo que identifica a estos dos gigantes y que hincha de orgullo el pecho de los turineses.

Más de mil trabajadores

En concreto, Fiat ya ha anunciado que solo le interesa la división industrial de Gruppo Bertone, por la que pagará 150 millones de euros en tres años. Busca únicamente ampliar su capacidad de producción con más de 1.100 operarios y unas instalaciones que llevan paradas desde noviembre del 2005 por los problemas de insolvencia de la firma.

Lili Bertone y sus hijas se han reservado la propiedad de Stile Bertone, que incluye la tutela de la marca y el propio diseño, pero los italianos consideran imposible que la línea creativa iniciada en 1912 por Giovanni Bertone sobreviva tras la amputación de la sección industrial de la firma a manos de Fiat, aunque peor sería la situación si la administración concursal hubiese aceptado una oferta anterior que habría convertido a Bertone en un ensamblador de coches chinos para Europa.

El drama de los carroceros italianos se completa con la llamada de socorro de Carrozzería Pininfarina, que ha puesto en venta el 55,6% de la empresa que sigue en manos de la familia del fundador, Batista Pinin Farina, que creó la marca en 1930.

Se disputan la compra Vincente Bolloré, que reorientaría la producción de la firma exclusivamente a los coches eléctricos, y la india Tata, una solución a la que los italianos tienen pavor porque intuyen tras ella la pérdida identitaria del ancestral y elegante estilo del fabricante.

Las enormes deudas de la familia y la crisis económica han dejado a la casa turinesa en punto muerto. En la actualidad produce dos vehículos, el Alfa Romeo Brera y el Ford Focus Cabriolet, pero estos contratos finalizarán en el 2011 sin perspectivas de prórroga.

Además, la familia Pininfarina está dispuesta a ceder el control de la compañía -y eso incluye el concepto creativo-, lastrada por sus ingentes deudas y marcada aún por la pérdida el año pasado de Andrea Pininfarina, nieto del fundador, que pereció en un accidente de tráfico cuando su moto chocó contra un Fiat.

Además de sus colaboraciones con las marcas más prestigiosas, tanto Pininfarina como Bertone han creado vehículos propios, casi siempre prototipos de demostración o millonarios encargos de clientes privados.