Mucho antes de que el desfile de cigarróns y gaiteiros anunciase la llegada a la plaza Maior de Verín de la comitiva oficial encabezada por el presidente de la Xunta para inaugurar la cuarta edición de la Feira do Viño de Monterrei, el recinto ya estaba tomado por el público.
Vecinos y visitantes aprovechaban la menor aglomeración de la primera hora de apertura del recinto para probar algunas de las 25 marcas que suman las doce bodegas participantes este año, acompañándolas de pinchos o pulpo.
A la una de la tarde, y ya con un calor de justicia que apenas conseguía amortiguar el toldo que cubría el recinto ferial, la actividad de los bodegueros y del público se frenó para escuchar el pregón del escritor Xosé Carlos Caneiro y las intervenciones de los representantes institucionales. Intervenciones que coincidieron en recordar que la de Monterrei es la denominación de origen más joven y más pequeña de todas las vitivinícolas de Galicia, pero también la más premiada a nivel nacional e internacional.
Y es que la cenicienta de las denominaciones de origen gallegas estaba ayer de estreno, y presumía de un nuevo reglamento que le permitirá sacar al mercado con el sello de calidad del Consello Regulador vinos de reserva y crianza, e incrementar su producción gracias a la ampliación de su zona de cultivo con dos nuevos ayuntamientos de la comarca: Vilardevós y Riós.