La violencia entre niños es «una cuestión más social que psiquiátrica»

Efe

SOCIEDAD

La pérdida del poder educativo de los padres y de la autoridad de los profesores, han contribuido a un aumento de los problemas de comportamiento en las aulas, asegura una experta.

06 ago 2009 . Actualizado a las 23:43 h.

Las conductas violentas de niños y jóvenes que les llevan a agresiones como las ocurridas recientemente en España son «una cuestión más social que psiquiátrica», según la presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, María Dolores Domínguez.

Tras su intervención este jueves como conferenciante de uno de los cursos de verano de la Universidad Complutense en El Escorial (Madrid), Domínguez ha explicado que en este tipo de comportamientos tienen una influencia decisiva los valores que se les transmiten y «la falta de autoridad» en su entorno.

Aunque individualmente hay enfermos que cometen delitos, «porcentualmente somos más los llamados sanos que los que delinquimos», ha destacado.

La psiquiatra ha dicho que hay que buscar soluciones en la medicina, así como plantearse «en qué sociedad vivimos y qué tipo de relaciones se están estableciendo para que se lleguen a situaciones de este tipo».

«La infancia y la adolescencia necesitan límites, sin ellos no pueden vivir, se desestructuran», ha señalado la psiquiatra.

Una idea en la que le ha secundado la directora del curso y jefa del servicio de psiquiatría infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, María Jesús Mardomingo, que ha añadido que dos factores importantes son las actitudes que tiene la sociedad frente a estos comportamientos y los valores que transmite a jóvenes y niños.

«Hay una actitud tolerante frente a los comportamientos agresivos, frente a la chulería en el modo de funcionar», ha afirmado Mardomingo, apuntando que, a veces, «incluso es un dato de prestigio».

La pérdida de la autoridad

La pérdida del poder educativo de los padres y la pérdida de autoridad de los profesores han contribuido a un aumento de los problemas de comportamiento en las aulas y el fracaso escolar pues, para ella, los niños y jóvenes consideran que «el aprender no es un valor social, hay otros muchos más importantes, desde la apariencia hasta el tener dinero».

Domínguez ha comentado que estos problemas se arrastran a menudo hasta la vida adulta, cuando «muchas de estas personas van a evolucionar hacia la marginalidad, la delincuencia, la reincidencia: eso que decimos 'carne de cañón', 'carne de presidio'».

Por ello, ambas psiquiatras han insistido en la importancia de una detección temprana de estos problemas, que permite un adecuado diagnóstico y tratamiento por parte de profesionales que tratarán de incidir en las conductas «de riesgo» tanto del joven como de los adultos de su entorno.

En cuanto al niño, Domínguez apuesta por trabajar con él mediante formas especiales de psicoterapia, que tratan de modificar sus pautas de comportamiento a través de actividades lúdicas.

Para combatir los valores negativos que el niño ha interiorizado, «muchas veces hay simplemente que asistir y esperar ese proceso del juego, estando ahí y a veces modificando cosas o ayudando al niño a que él cambie cosas», ha concluido.