Guapa, perseverante y dependienta por las tardes

La Voz

SOCIEDAD

20 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Joven de 22 años, morena, de ojos castaños y con su más de metro ochenta de altura, no se amilana ante las adversidades. En una entrevista concedida a La Voz reconocía que la constancia es una de sus mejores virtudes: «Soy perseverante. Creo que el que la sigue, la consigue, y como soy cabezota, basta con que algo se me atragante...». No era la primera vez que Estíbaliz Pereira se presentaba al concurso de Miss Coruña.

En dos ocasiones anteriores había logrado un honroso segundo puesto, pero ella no se conformó. «Adquirí experiencia y madurez para fijarme más en los pequeños detalles, que son muy importantes en estos concursos», indicó Estíbaliz Pereira.

La nueva Miss España, estudiante de moda y gestión empresarial, trabajaba por las tardes en una tienda y hacía sus pinitos como modelo, sacándoles partido a sus medidas 90-61-90. Uno de sus objetivos era estar entre las seis primeras del certamen: «De ahí para arriba. A Coruña no lo logró en los últimos años y espero tener suerte y romper el gafe», reconocía el pasado mes de diciembre esta chica, que estudió en Salesianos, el colegio Eirís y la Compañía de María de A Coruña.

Durante el certamen, Estíbaliz Pereira contó desde el primer momento con el beneplácito de sus rivales y señaló que durante los quinces días de concentración en la ciudad mexicana se había sentido, ante todo, «muy querida por sus compañeras». La convivencia la definió Pereira como «maravillosa» y no titubeó al asegurar que se llevaba muchas amigas de la exitosa experiencia vivida en Cancún.

La nueva Miss España luce una belleza natural, aunque no descarta acudir a la cirugía estética si es necesario. La joven, elegida entre 52 misses, disfruta con la lectura y la música. Aunque reconoce que también le encanta bailar. Todavía desconoce a qué se dedicará cuando finalice su reinado aunque ya tiene claras sus preferencias: «Me gusta tanto el mundo de la moda como actuar o la televisión», concluye.