Uno de cada cinco institutos presenta niveles de gas radón por encima del límite de la UE

SOCIEDAD

La medición se llevó a cabo en 58 centros, lo que supone el 22% del total de los institutos públicos.

20 mar 2019 . Actualizado a las 19:41 h.

Es un riesgo fácilmente evitable, pero que permanece vivo porque, al margen de los profesionales de la salud y de los científicos, apenas se le ha prestado la suficiente atención. Es el radón, un gas radiactivo de origen natural muy presente en Galicia por su suelo granítico, rico en uranio, y que puede acumularse en el interior de los edificios sin una adecuada ventilación hasta convertirse en un riesgo para la salud. No en vano, una exposición prolongada es una de las principales causas que pueden influir en la aparición de un cáncer de pulmón.

Y esta amenaza se encuentra también en el subsuelo de los institutos de Galicia. Un equipo dirigido por el Laboratorio de Análisis de Radiaciones de la Universidade de Santiago ha realizado un estudio, financiado por el Plan Galego de I+D, en el que ha detectado que uno de cada cinco centros de enseñanza secundaria de la comunidad presenta unos niveles de radón por encima del límite máximo fijado por la Unión Europea. La medición se llevó a cabo en 58 centros, lo que supone el 22% del total de los institutos públicos. En distintos puntos del 19% de los edificios afectados se han medido concentraciones de radón de más de 400 becquerels por metro cúbico, cuando el máximo fijado es de 200 becquerels por metro cúbico para las viviendas nuevas y de entre 200 y 400 para las construidas antes de 1990.

«Es un riesgo inútil e innecesario, porque se trata de un problema que tiene una fácil solución», explica Dolores Cortina, responsable del estudio e integrante del Grupo Experimental de Física de Partículas. Con unas sencillas medidas correctoras, como una adecuada ventilación de los edificios, o unas pequeñas reformas para ayudar a su escape hacia el exterior en aquellas estancias donde exista una elevada concentración, el problema quedaría resuelto. Pero es necesario conocer primero cuál es su magnitud. Y en este caso concreto solo se puede determinar con una adecuada medición de las concentraciones. El trabajo de los físicos supone tan solo una aproximación en la que se ofrece una radiografía de la situación, pero sería necesaria una medición más continuada para detectar el foco emisor.