Winslet y DiCaprio rescatan a la última pasajera del «Titanic»

SOCIEDAD

13 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La historia del Titanic ha vuelto a unir a Leonardo di Caprio y a Kate Winslet. Esta vez para embarcarlos en una causa solidaria. El actor norteamericano y la actriz británica han aportado fondos para ayudar a Millvina Dean, de 97 años, que desde la muerte en el 2007 de otra pasajera, Bárbara West, se ha convertido en la última superviviente de la tragedia.

Los actores, junto con el director del largometraje, James Cameron, han donado 30.000 dólares (unos 24.600 euros) para que Dean pueda costearse los gastos de una residencia para ancianos en Southampton, al sur de Inglaterra, la ciudad de la que precisamente partió el trasatlántico rumbo a América.

El autor y fotógrafo irlandés Don Mullan fue el primero en llamar la atención sobre los problemas económicos de Millvina Dean, que no podía hacer frente a la cuota mensual, de unos 3.360 euros. Mullan inmortalizó el rostro de la anciana para confeccionar camisetas bajo el lema Still Surviving ( Todavía sobreviviendo). El irlandés decidió recurrir a los actores del filme, que recaudó más de mil millones de euros, para que participasen en la campaña solidaria y, de paso, rescatar el espíritu del «si tú saltas, yo salto», para convertirlo en «si tu colaboras, yo colaboro». Dos semanas después, Winslet y Di Caprio se pusieron en contacto con Mullan. Gracias a la intervención de una de las parejas cinematográficas más importantes del momento, Dean tendrá asegurada la presencia en el hogar de ancianos hasta el día de su muerte, ya que ese es el verdadero objetivo de la ayuda.

La más joven

Cuando el Titanic se hundió la noche del 14 de abril de 1912 en su viaje inaugural, como consecuencia de un choque contra un iceberg, la británica tenía tan solo nueve semanas de vida y era la pasajera más joven. Una circunstancia que le impide recordar cualquier cosa de una tragedia que dejó más de 1.500 fallecidos, entre ellos su padre. Más suerte tuvieron ella, su madre y sus dos hermanos, que fueron algunas de las 711 personas que pudieron subirse a uno de los botes. A falta de recuerdos, Dean disponía de numerosos objetos materiales que se vio obligada a subastar para poder sufragar los gastos de la residencia.

Mullan ya ha agradecido la generosidad que han mostrado los actores.