A las ovejas y las cabras gallegas les ocurre lo mismo que a las catalanas, extremeñas o salmantinas. Un porcentaje de ellas, entre el 10 y el 15% han enfermado tiempo después de ser inoculadas con la vacuna de la lengua azul y muchas acabaron muriendo tras un debilitamiento general. No hay riesgo para la salud humana, pues las reses caídas se destruyen y la lengua azul no afecta a los humanos, pero son bajas anormalmente altas, según los disgustados propietarios, y cuando menos extrañas, según los veterinarios. Estos no han podido determinar que exista una relación directa con la inmunización a que fueron sometidos los rumiantes a finales del año pasado o si unen varios factores como la reacción a la vacuna, mala alimentación, parasitosis... La Xunta, al igual que otros Gobiernos autónomos, y la evaluación pedida por el Ministerio de Medio Rural, descartan que enfermen o mueran por la vacuna.
Los veterinarios de la Asociación de Criadores de Ovino e Caprino de Galicia (Ovica) corroboran que muchos animales se debilitaron, abortaron y redujeron su producción de leche. «Non creo que sexa pola vacina en si, pero pode que se fixesen máis vulnerables a coller outras enfermidades e por iso se foron quedando», razona la veterinaria Ana Jamardo, que atiende más de 20.000 animales de 103 explotaciones de Ourense. «É sospeitoso -añade- que coa vacina comezasen os problemas; a min comunicáronmos en case todos os rabaños, en pequenas porcentaxes, aínda que hai algún con 500 cabezas que perdeu 80 en catro meses».
Enfermedad nueva
Jamardo dice que la lengua azul es una enfermedad muy nueva, sobre la que resta mucho por aprender. Tiene claro que la última vacunación masiva fue tardía, al coincidir justo antes de los partos de los animales y no descarta que haya resultado muy fuerte y con reacciones adversas. También cayeron vacas de leche. La veterinaria Yolanda Arnés, que trabaja con 5.000 animales de rebaños de Lugo y A Coruña, también juzga extraño el caso. «Descarté otras patologías, paratuberculosis o basquilla, que requieren desinfección y desparasitación, pero no he podido concluir nada. Hay ganaderos que, con las mismas condiciones, unos han tenido problemas de muchos abortos o muertes, y otros no. Puede que haya que informar a la Agencia Española del Medicamento».
Parecidas dudas expresa el veterinario de Pontevedra Miguel Viña: «Son vacinas fabricadas por tres laboratorios, moi recentes. A do serotipo 8 levaba dous meses feita e moitos non puideron probala. Ademais, a puxeron nun momento de xestación, delicado. Como veterinario, teño dúbidas e das mostras enviadas ás facultades de León e Zaragoza parece que non sacaron nada concluínte». Apunta además que el invierno ha sido duro y algunos rebaños de carne han podido estar subalimentados, con forraje de baja calidad, mientras que los de leche que reciben pienso están más fuertes. Medio Rural dice que, tras las dos rondas de comunicación de incidencias en la vacunación, se investigaron tres explotaciones con muertes, y se concluyó que fueron por otras causas.