La elegancia de Vuitton cerró una Semana de París exitosa a pesar de la crisis

Agencias

SOCIEDAD

13 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El otoño-invierno 2009-2010 terminó de desgranar en París su prêt-à-porter tras una intensa Semana de la Moda coronada de manera magistral por Marc Jacob para Louis Vuitton, que confirmó que la crisis no conllevará el próximo invierno la obligación de vestir de negro, ni con austeros tejidos o cortes rigurosos.

Eso sí, toda mujer deseosa de estar a la última deberá elevarse bien por encima de su nivel mediante zapatos y botas de tacón de la máxima altura posible, pues no se vio estos días sobre las pasarelas ni un solo zapato plano. Vuitton confirmó la tendencia. Jacob presentó además hombreras muy destacadas para una silueta luego ajustada y relucientes perlas de dimensiones considerables colocadas en la cabeza, los pies, la cintura y el cuello.

Como resumen de la semana hay que decir que París atrae. No hay duda. Todo el mundo parecía querer asistir a los nueve días de presentaciones de moda prêt-à-porter otoño-invierno para mujer, que ayer llegaron a su fin.

A pesar de la crisis, pocas veces tantos estudiantes de diseño suplicaron entradas, por ejemplo para el desfile de Saint Laurent, ni tantos periodistas intentaron colarse sin invitación. En el desfile de Chanel, los fotógrafos casi llegan a las manos para conseguir la mejor imagen de las supermodelos invitadas, Claudia Schiffer y Kate Moss, y la asistencia fue elevada incluso en las presentaciones, a las que era complicado acceder por celebrarse en una nave industrial de Bercy, como las de Lanvin o Hermès.

El cambio de escenarios este año se debió a la falta de presupuesto de las casas de moda, a las que les resultaba mucho más barato exponer en las afueras -por ejemplo, en el gimnasio de una escuela- que en los caros salones de los hoteles de lujo del centro.

Pero el esfuerzo valió la pena por la calidad de los diseños. A tenor de lo visto en París, el próximo invierno regirá un estilo muy elegante, pero a la vez sin complicaciones. Incluso modistos de lujo, como Marithé & François Girbaud, y las marcas famosas por su romanticismo extremo, como Rochas o Chloé, se concentraron en este nuevo easy chic que mezcla elementos masculinos con elegancia femenina. «Debe ser fresco, expresar energía y movimiento -definió el comerciante minorista de Berlín Emmanuel de Bayser (The Corner)-. Aparece una nueva mujer poderosa, femenina y llena de energía, nunca tensa, sino relajada y soberana».

Vuelven los hombros subrayados de los ochenta, pero no recuerdan a amazonas, sino que solo buscan contribuir a la forma del vestido. Cuero, faldas de tubo y botas por encima de la rodilla serán elementos del nuevo guardarropa.