«Tenemos que acabar con el presencialismo en el trabajo»

Jesús Manuel García

SOCIEDAD

Buqueras pide a los electores que se fijen con detalle en qué partidos apuestan en sus programas por la conciliación.

19 feb 2009 . Actualizado a las 22:38 h.

Este economista, empresario, presidente y consejero de varias sociedades que se mantiene en la lucha por conseguir que los españoles cambiemos el chip de los horarios y nos adaptemos a los del resto de países de la UE, habló ayer en el campus de Ourense. En el 2006 sorprendía con su libro Tiempo al tiempo. Un nuevo método de organización y utilización del tiempo .

-Desde ese libro, ¿cómo evolucionamos en horarios?

-En el 2008 celebramos actos en 64 ciudades. Poco a poco la gente empieza a ser sensible. En junio del 2003 tuvimos el primer acto de esta comisión nacional y la gente nos decía que aquello no valía. Y ahora nos dicen que es factible, deseable y urgente.

-Eso es positivo.

-La gran perjudicada por los horarios españoles es la mujer trabajadora y los hijos, con lo cual nos estamos cargando una generación.

-Son horarios machistas.

-El hombre debe compartir con la mujer las tareas domésticas y las de la educación de los hijos. Así evitaríamos ser el país europeo con más fracaso escolar. En las ciudades, los niños de 6 a 12 años se encuentran solos en sus casas. Llegan del colegio a media tarde y hasta la noche no ven a sus padres. Pedimos a las mujeres que empiecen a decir basta ante estos horarios machistas.

-¿En qué aspecto se nota más que estamos cambiando?

-Lo notamos muy especialmente en el mundo empresarial. Cada día más las empresas están convencidas de que hay que optimizar el tiempo y que la conciliación es rentable.

-En definitiva, eso nos lleva a la calidad de vida.

-Efectivamente. Tenemos que acabar con esto de ser el país europeo donde más horas se pasa en el trabajo y con la peor productividad de Europa. Tenemos que cambiar esta cultura presencialista en el trabajo.

-Gusta calentar el asiento...

-Es tercermundista, fruto de cierto feudalismo en el mundo empresarial y de la administración, que hasta que no se vaya el jefe, el resto no se va. Esto no puede ser.

-¿Cuál es el horario ideal?

-Iniciar la jornada entre las 7.30 y 9.00 horas, con esa flexibilidad, y de 16.30 a 18.30 horas y al mediodía no parar más allá de 45 o 60 minutos, que consideramos suficientes para una sana dieta mediterránea, incluidos diez o quince minutos para la siesta.

-Hay que cargar las pilas.

-¡Claro! Una siesta rápida, suficiente para regenerar.

-En este desajuste horario va todo en cadena, hasta los programas de televisión...

-En España tenemos horarios de máxima audiencia inadecuados, ni parecidos a los del resto de Europa. Pedimos que los telediarios se emitan no más allá de las 20.00 horas y que los programas de máxima audiencia acaben hacia las once y media de la noche. Los españoles dormimos 55 minutos menos que el resto de los europeos y esto afecta a la salud y a la productividad.

-¿Qué hacen los sindicatos?

-Hacen poco en este tema porque las cúspides están ocupadas en su mayoría por hombres. Y esto también pasa en el sector empresarial. Aún hay empresarios que creen que en la crisis la producción pasa por más horas de trabajo.

-¿Y qué dicen ustedes?

-Que rotundamente no. Las personas no somos robots. Que los empresarios abran los ojos y, en momentos de crisis, a grandes males, grandes remedios.

-¿Qué planteó a Zapatero?

-Que ante la próxima presidenta de la UE por España, aprovechemos los meses que restan para prepararnos con los nuevos horarios. Estamos cansados de las críticas de empresarios europeos por nuestros horarios.