El oso progresará en Galicia si crece más la población de Asturias y León

Xavier Lombardero

SOCIEDAD

24 dic 2008 . Actualizado a las 13:47 h.

La recolonización del oriente gallego por el oso depende en buena medida del aumento de ejemplares en Asturias y León. Y que las distintas comunidades autónomas se coordinen para conservar el hábitat en corredores naturales donde el flujo de osos aún es pequeño y frágil. Organizaciones conservacionistas también opinan que, de no incrementarse los medios técnicos y humanos para vigilar e investigar la caza ilegal o el envenenamiento, la recolonización osera será muy lenta.

En este sentido, aunque la primera necropsia practicada al oso atropellado en noviembre en la A-6, en Vega de Valcarce, no reveló nada sospechoso, se ha solicitado un análisis toxicológico del animal, un macho joven de unos tres años. Se teme que un proceso de envenenamiento hubiera podido influir en la desorientación del oso, llevándolo a internarse de forma extraña en la autovía. Aparentes problemas de coagulación de su sangre apoyarían estas pesquisas. No sería el primer caso. Ya en 1999 apareció gravemente envenenada y desorientada una joven osa recogida en unos prados de Degaña, en la zona asturiana que limita con Lugo. El profesor e investigador del CSIC Javier Naves confirma que «un oso envenenado pierde muchas defensas, capacidades motoras y sensoriales y, por tanto, de reacción y decisión». En Cervantes apareció hace unos años otro gran oso muerto por envenenamiento y en la montaña palentina han caído al menos tres en los últimos tiempos, por el mismo motivo. «La Administración denuncia el veneno, pero con la boca pequeña, porque luego no pone medios para vigilar y controlar los libros de registro de fitosanitarios», dice Roberto Hartasánchez, presidente de Fapas.

En opinión de Ernesto Díaz, de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica «urge crear una patrulla especializada en venenos formada por funcionarios de Medio Ambiente y debe haber un esfuerzo especial en la vigilancia de la venta de fitosanitarios en áreas oseras, educando aldea por aldea sobre su riesgo y la legislación sobre su uso ilegal». Cita enclaves con escasa actividad humana para una pequeña red de lugares para los osos: entre Piornedo y la Devesa de Vilarello (Os Ancares), entre las devesas de Paderne y Rogueira (en O Courel) e incluso el monte Oribio, entre Triacastela y Samos. «Es fundamental trabajar con la población. La sociedad gallega tiene una idiosincrasia totalmente diferente a la de Cantabria e incluso la de Asturias y León. Hay que trabajar con los ganaderos y cazadores», añade Díaz.

Como contrapunto a sucesos que afectan al oso en autovías o por la caza en los Pirineos, el biólogo Guillermo Palomero destaca el episodio vivido días atrás en Cantabria. Al pueblo de Caloca fue a parar un oso que venía corrido por una cacería de jabalíes. Llegó a mediodía, delante del camión del pescadero, trotando por una vía de bordes nevados y los vecinos lo han celebrado y respetado. «No hay bellotas ni hayucos en Palencia y el oso se ha metido ahí. Incluso se puede ver otra osa con una cría rompiendo la nieve para buscar bellotas. Sube la gente de Potes a disfrutarlo. Es la buena noticia navideña», dice Palomero.