Julia Fernández, que el 1 de enero cumplirá 101 años, es una apasionada seguidora de la actualidad y no pasa un día sin leer La Voz, de la que es suscriptora
22 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Julia descansa en el salón de su casa de Ría de Abres, en Trabada, al abrigo de una estufa. Es mediodía y acaba de levantarse tras desayunar en la cama. En sus manos sostiene un ejemplar de La Voz de Galicia, que ojea con avidez, una imagen que se repite día tras día desde hace decenios.
Cuando saluda, el brillo de sus ojos claros desdice a su carné de identidad: Julia Fernández Suárez, nacida en Navia el 1 de enero de 1907. ¿Ciento dos años?, pregunta el periodista, incrédulo. Sonríe y me explica: «En realidad van a ser 101. Yo nací el 1 de enero de 1908, pero se equivocaron y siguieron escribiendo 1907».
Su salud es de hierro. En su caso no es una frase hecha: «Ahora de vieja -dice esbozando una sonrisa-, empecé a ver un poco mal de un ojo, y me operaron de cataratas. Por lo demás, nunca he tenido ningún problema, si acaso algo con la tensión. Y no hago régimen, ¡como de todo!».
Quizás en ello hayan tenido que ver los años en los que caminaba doce kilómetros diariamente para dar clases en Guiar (Vegadeo), donde decidió trabajar por consejo de un tío suyo párroco, que falleció a los 107 años. Julia creció en una familia de diez hermanos. «¿Si pasé dificultades en la vida? Hubo de todo». Casada con un vecino de Ría de Abres, en esta localidad ha transcurrido casi toda su vida.
Jubilada a los 70 años de edad, ahora se dedica a seguir al detalle la actualidad informativa. ¿La economía? «Cada vez peor, el Gobierno no se preocupa», se lamenta abriendo los brazos.
El presidente del Ejecutivo central, Rodríguez Zapatero, por ejemplo, no parece caerle simpático, y desde lugo no goza de su favor: «Quiere estar a bien con todos, y no se puede». ¿El futuro? Mueve la mano para expresar sus dudas.