Los crucifijos no molestan en Galicia

SOCIEDAD

Colegios públicos mantienen los símbolos religiosos sin que estos elementos se conviertan en motivo de polémica, como ha ocurrido en un centro de Valladolid

30 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Jamás ha habido una queja porque algunas de las clases del colegio público compostelano Santiago Apóstol estén presididas por una figura de Cristo. De hecho, la mayoría de los que a diario asisten a clase ni siquiera se dan cuenta de que este símbolo religioso se encuentra en algunas estancias del centro. Además de las clases, en otros lugares, como la sala de profesores o la secretaría, las paredes están adornadas con esta figura.

Al Santiago Apóstol acuden a diario unos 90 chavales de hasta 12 años. Y casi el 50% proceden del extranjero o son de etnia gitana. «Temos rapaces de orixe rumana, marroquí, sudamericana e nenos adoptados que son de Etiopía», relata la directora del centro, María Ramas. Por eso, en un centro con tanta diversidad cultural, lo primero que aprenden los niños es el valor de la tolerancia. «Se intentamos ser respectuosos, hai que selo con todos e con todo, incluíndo os símbolos da relixión católica», sentencia esta directora, que también asegura que los chavales que no acuden a clase de Religión tienen cubiertas sus necesidades formativas. «Non temos docencia doutras relixións porque non hai o número necesario de alumnos», explica. Pero sí hay asignaturas alternativas a la enseñanza católica.

«Non penso retiralo»

De la misma opinión es la presidenta de la asociación de padres y madres del Apóstol Santiago. «Nunca houbo unha queixa de ningún tipo por parte dun pai», asegura Ángeles García. «Non houbo protestas, e neste colexio hai rapaces de moitas razas», comenta. Parece que la polémica suscitada no afecta a los colegios que en Santiago mantienen símbolos religiosos en las aulas y en los espacios comunes del centro.

«Eu non penso retiralo ata que mo diga a autoridade competente», señala una de las profesoras del Santiago Apóstol. Y es que la directora del centro da libertad a todos los maestros para tener o no crucifijos en sus aulas. «A clase é súa e poden poñelos se queren», afirma.

Connotaciones culturales

Lo más sorprendente es que, según cuentan, la mayor parte de los que pasan por los centros públicos compostelanos con simbología religiosa ni siquiera reparan en que están allí. ¿La razón? «A tradición pesa moito, e sobre todo pésanos aos galegos», asevera María Ramas. Y es que la directora aduce a que los símbolos de este tipo en muchas ocasiones dejan de tener connotaciones religiosas para pasar a ser meramente culturales. Como lo son también, en ocasiones, los funerales o las bodas.

Otro centro público compostelano donde también había crucifijos era el monte dos Postes, pero esta semana fueron descolgados, tras la controversia suscitada por el fallo que obliga a retirarlos en un colegio de Valladolid. Dirección y profesores, sin embargo, prefieren mantenerse al margen para no alimentar la polémica.

Mientras la Consellería de Educación aboga por dar libertad a los centros para que escojan tener o no simbología religiosa -opinión compartida por la ministra de Educación, Política Social y Deporte, Mercedes Cabrera-, el Gobierno de Castilla y León recurrirá la sentencia de Valladolid por «conculcar derechos fundamentales» recogidos en la Constitución española, que declara, además, que el Estado es aconfesional.