Lunes de ansiedad y taquicardia

SOCIEDAD

Cuatro de cada diez gallegos admiten dificultades para volver al trabajo después del período estival

30 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Después de pasar varios días en la playa o en la montaña disfrutando en total relajación, la sola idea de postrarse nuevamente frente a un ordenador provoca una profunda ansiedad a más de uno. El lunes comienza septiembre y muchos trabajadores concluirán sus vacaciones en una jornada que se anticipa estresante. Tristeza, ansiedad, irritabilidad, desilusión, taquicardia y fatiga son algunos de los síntomas del denominado estrés posvacacional, provocado por la dificultad de readaptación laboral tras un período de descanso.

Según los datos de un estudio elaborado por la empresa Alta Gestión, y difundido esta semana por la agencia Colpisa, 49 de cada 100 trabajadores declaran tener dificultades a la hora de reincorporarse a su rutina laboral. Los gallegos se encuentran entre los que menos padecen la vuelta al trabajo con un 37%, por debajo de otras comunidades como islas Baleares con un 71% y el País Vasco, con un 65% de agobiados.

Los problemas de adaptación para quienes sufren especialmente con la vuelta al trabajo incluyen síntomas como insomnio, irritabilidad, falta de concentración, taquicardia y ansiedad. El reajuste de los horarios es el principal obstáculo a que se enfrentan el 40% de los que reconocen tener problemas para incorporarse a la vida laboral, seguido del transporte y el tráfico (8%) y de la relación con el jefe (5%).

Aguantar a los compañeros

Aunque solo un 3% de los afectados considera que una de las causas de su agobio es el reencuentro con los compañeros, el psicoanalista Manuel Fernández Blanco, pone en duda este dato. «El estrés posvacacional -dice- está relacionado con el individualismo. Lo más desesperante del regreso al trabajo es tener que soportar a los demás y el malestar que a muchos les provoca formar parte de una plantilla».

Aunque para el 43% de los varones encuestados el síndrome posvacacional no es más que «un invento de la sociedad» la psicóloga Eva Sandez asegura que sí existe una sintomatología del estrés provocada básicamente por el cambio de hábitos. «Debemos considerar otras variables que influyen, como si se estuvo de viaje o no; las personas que se quedan en casa perciben menos la angustia de la vuelta a la rutina», afirma la psicóloga.

Muchas veces el período de descanso provoca el desencadenamiento de un conflicto que estaba latente especialmente en las relaciones de pareja. «Los abogados lo saben muy bien. Después de las vacaciones hay un notable incremento de demandas de divorcio», comenta Fernández Blanco.

Esto se debe principalmente a que durante el veraneo la convivencia de pareja es más intensa, lo que pone en primer plano los problemas de comunicación y algunos otros. «Cuando en una relación hay insatisfacción la pareja tiende a disfrazar la situación con la hiperocupación. Al llegar las vacaciones los problemas se manifiestan», asegura el especialista.