La misión de la sonda es estudiar el permafrost marciano, porque el objetivo final es determinar si esta región, que abarca casi el 25 por ciento de la superficie del planeta, es habitable.
«Phoenix» establecerá así si existieron en esa región condiciones favorables al desarrollo de algún tipo de vida microbiana.
La misión exploratoria de «Phoenix», que descendió el pasado 25 de mayo sobre un sector del polo norte marciano, debía durar tres meses y terminar en agosto, pero a la vista de los éxitos conseguidos, la NASA ha decidido extenderla hasta el 30 de septiembre.